miércoles, 24 de junio de 2009

LA SENSUAL MIMI

POR MIREILLE ESCALANTE DIMAS
Transcurría la primera quincena de febrero de mil novecientos setenta, fecha límite para que Mimi se inscribiera en el curso de dibujo y pintura, en la ACADEMIA DE ARTE, instalada en una casa colonial, vieja, de altas paredes de bahareque (1), techo de tejas (2) debidamente encielado; abarcaba totalmente una manzana, por el rumbo Oriente se encontraba la Avenida Otoñal; y por el Poniente, la Avenida Primaveral. En ese mismo lugar, funcionaba además el Taller-Estudio de escultura.

Las secciones, totalmente separadas, y divididas por medio de sus gruesas. paredes blancas pintadas de cal viva de Metapán (3), tenía amplios pasillos, largos y antiguos, asfixiados de plantas ornamentales y palmeras en macetas, exhibían torsos, bustos, perfiles griegos, elaborados en yeso; el piso de ladrillo rojo, lucía impecable y brillante, tan lustroso como si hubiera sido un espejo.

Frente a las aulas de la Academia se destacaba una fuente circular con alocados chorros bailarines, que bañaban la escultura de piedra de una Venus cargando una ánfora sobre sus hombros.

Afuera del Taller-Estudio, había una enorme pila (4) de cemento, repleta de agua fresca y cristalina. .

En la calle, los buses y carros continuamente sonaban el claxón escandalosamente, descargando de sus escapes, el humo negro de bióxido de carbono, contaminando el ambiente citadino; mientras que por su acera, transitaban aprisa personas.
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El Director de la Academia, don Rodrigo, un escultor gallego de pura cepa, de esos españoles ingeniosos, talentosos y a la vez exagerados, había arribado al país, con ayuda del destino, desde la Madre Patria (5), donde lo esperaban ansiosos su familia, esposa, hijos, padres, y hermanos.

Don Rodrigo, orgulloso de su origen, rememoraba la época de la conquista de Galicia y a Ruy Rodrigo Díaz de Vivar, de donde él obtuvo además de su nombre, su ego, auto denominándose descendiente directo de “Los Druidas”(6), y de vez en cuando, clamaba haber sido la reencarnación del idílico personaje andante Don Quijote de la Mancha, pero en las tierras de América, por habersele despertado la sed de aventurero.El veía en Mimí, a la representante indígena de los Pipiles, sometida a los españoles.
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Don Rodrigo, culto, caballero, discreto, maduro, había estudiado Arte, -Escultura-. en la Escuela de San Fernando de Madrid, España, en donde por haber sido un destacado artista, y haber ganado un Concurso, fué contratado para elaborar los bustos y efigies del Coronel Armando Quintín, un dictador de la Isla LA ESPAÑOLA, pero al derrocamiento de éste, y aprovechando que se encontraba en América, se lanzó a la ciudad donde vivía Mimí, buscando nuevos horizontes, en lugar de regresar a su patria y reincorporarse en la sociedad.


Mími, una adolescente, como cualquier otra, ingenua, jacarandosa, llena de vitalidad y energía, en cuyas venas corría la sangre pura del Indio Atonatl(7), había sido cautivada por la personalidad de don Rodrigo, tal como había ocurrido antaño, de cuando los “españoles” en la conquista de América se habían mezclado con las indígenas; trayendo como ejemplo don Rodrigo, el caso del Conquistador Hernán Cortez con la Malinche (8)..

.Mimí, se limitaba a escucharle sus historias. También Don Rodrigo le explicaba que “los Gallegos” eran los máximos exponentes de la época moderna, y que efectivamente “ellos habían aterrizado por primera vez en la luna!”. Mimi en su sencillez, no alcanzaba a comprender que era una táctica para atraer su atención. Ella desde que lo conoció, se deslumbró, sintió esa “química” de la que tanto se habla, cuando dos seres se atraen; indiscutiblemente había sido flechada por el “amor a primera vista”.; además, un encuentro sin precedente alguno, jamás había conocido un escultor español; gustaba escucharle ese acento profundo, de voz grave y varonil cuando él hablaba.

Ella, había concurrido a la Academia a inscribirse como una alumna más; pero, el astuto Director, don Rodrigo, la convenció que no traía “madera”(9) para ser artista, e insinuándole - debido que tenía un cuerpo escultural- , que fuera su “modelo”. El pago sería la inmortalidad, le plasmaría la belleza de su esbeltez en verdaderas obras de arte. A Mimí, que jamás le habían hecho tan alucinante proposición que sin titubear, aceptó ser su modelo.

Don Rodrigo distribuía su tiempo, por las mañanas atendía la Academia.; y por las tardes, trabajaba elaborando su obra en su Taller-Estudio. Ahí, como herramientas para trabajar, se encontraban martillos, espátulas, e improvisados andamios rústicos, fabricados de Pino(10); en un rincón, existía una mesa cuadrada, cuya altura y tamaño era de un metro; sobre ésta, resaltaban unos pedazos retorcidos de hierro y alambres clavados en madera, los que estaban medio cubiertos de barro fresco “colado” y amasado; en el centro del Taller-Estudio, la figura pequeña de una mujer desnuda, recostada con sus brazos alzados sosteniéndose el largo cabello; y hacia el lado derecho, sobre un estante también de madera, se encontraba elaborado en barro un “retrato” ó “un busto de mujer”, con facciones indígenas. Esos eran sus bocetos, los que oportunamente trabajaba para luego agrandarlos a tamaño natural ó dependiendo del caso, los hacía gigantes- a más de tres metro.

. El suelo del Taller- Estudio, estaba parcialmente cubierto,- como si fuera una alfombra-, con un manto de tela gruesa color azul, y muchas almohadas de seda, para comodidad de Mimí, la única y exclusiva modelo. Por esa razón ella frecuentaba el Taller- Estudio, y don Rodrigo, dependía de su presencia. Desde que ella llegaba, se tendía a posarle, cuan larga era, en el suelo. Don Rodrigo, preliminarmente,. antes de comenzar a trabajar en su obra de arte, saciaba su sed animal mediante una batalla romántica-erótica que librada entre ellos. El, acariciaba el cuerpo entero de Mimi, como si lo estuviera esculpiéndolo, masajeándola suavemente con sus manos toscas de dedos anchos y achatados, la recorría por encima de los pechos, cintura, pubis, piernas y pies; también aprovechaba estamparle besos ardientes en la boca, casi llegando al ahogamiento. Don Rodrigo, en un abrir y cerrar de ojos se había fundido en un solo ser con Mimi, hasta llegar al desmayo. Solo así él podía trabajar “tranquilo”, y concentrase en modelar ese cuerpo curvilíneo.

Como Mimi había quedado extasiada, se resignaba a permanecer inmóvil por varias horas,
debía mantenerse quieta, en la misma pose durante horas y horas; mientras don Rodrigo la tallaba; él se justificaba que para concentrarse en su obra, tenía la necesidad de “poseer” a su modelo. Cuando no era al inicio, era al final de cada sesión, la batalla campal... Esta costumbre, se convirtió en una adicción; para ella, significaba el disfrute de su juventud; y para él, el amor gourmet, (11).

Ella llegaba temprano por las tardes, al Taller-Estudio a tenderse en el suelo sobre la manta azul y almohadones. El ritual de Mimí comenzaba por desabotonarse la blusa, el sostén, hasta quedar descubierta de sus pechos, y luego con la coquetería que le caracterizaba, se quitaba la falda, la ropa interior, hasta quedarse totalmente desnuda, tal como cuando había llegado al mundo; mientras don Rodrigo permanecía en su ropa de trabajo, preparándose a iniciar sus labores de forjar, de tallar su obra monumental, la cual generalmente, se elaboraba por encargo..El había esculpido con primor, la figura corporal femenina de Mimí en diversas posiciones: recostada, -emulando a la Maja Desnuda”(12); de pie, como una Venus de Milo (13), sentada en la forma de flor de loto (14), boca-abajo, con sus glúteos redondos y perfectos; en fin, de muchas maneras…Ella, posaba con picardía, y de vez en cuando, le hacía movimientos pélvicos para acomodarse. Don Rodrigo con paciencia la iba moldeando; poco a poco, comparando mediante el tacto con sus manos toscas, la figura tallada , con el cuerpo de Mimí.. Cada oportunidad, que tenía, le estrujaba los pechos, besándoselos ardientemente; recorriéndola toda, toda, con sus labios, como si también la estuviera esculpiendo con su boca; le comentaba al oído, cosas bellas sobre su cuerpo, le decía a Mimí que tenía “unas axilas estupendas.” También le admiraba su pubis - por ser éste, de dimensiones gigantescas -le aclaraba- que él, había recorrido mundo, que había visto mujeres de todas las razas y edades, pero que como el de ella, inigualable. Mimí, no alcanzaba a comprender esos piropos extravagantes, pero suponía eran placenteros y agradables.

El escultor Rodrigo después de las largas jornadas vespertinas de trabajo, se despedía con la ilusión de continuar al siguiente día con una nueva sesión.

Entre ellos, existía una brecha de edades… él, de cuarenta años, y ella, de dieciocho; no obstante esa diferencia de edades, se complementaban “como anillo al dedo “(15), como si el uno hubiera nacido para el otro. Ambos, del signo zodiacal ARIES, dícese que este signo por ser el primero en el Zodíaco, se compenetraban tan bien, como si hubiesen sido gemelos; y por ser del elemento FUEGO, eran fogosos, llenos de vitalidad, y sedientos de sexo.

Mientras estuvo Mimi de modelo, jamás permitió que otra mujer posara para don Rodrigo, ella era celosa, y se consideraba única. Desde el primer día que le posó desnuda, don Rodrigo, la hizo suya. Y los días siguientes, y sub-siguientes, también… Ellos retozaban, jugueteaban, convertían las sesiones tediosas, en espacios ardientes…

Don Rodrigo, luego, se le acercaba so pretexto para descansar, dejando mientras tanto a medias su obra (16); y dedicándose a besarle ambos brazos, los cuales olían a perfume de flores silvestres, y el resto del cuerpo, a melocotón recién cortado.

Ambos cuerpos yacían desnudos en el suelo, haciendo eróticos movimientos ondulatorios, hasta caer extenuados. Así finalizaba la sesión de modelaje…

Generalmente los días domingos, se escuchaba hasta el silencio en el Taller-Estudio, y antes de reanudar la sesión de modelaje, Mimí corría desnuda a la pila de agua a sumergirse en ella, de donde salía refrescada, remozada, con nuevos bríos y lista para retomar su trabajo de modelo… .y don Rodrigo, trabajaba en su obra de arte.

Transcurridas las horas, so pretexto de tomar nuevas medidas de los músculos de las piernas, aprovechaba la ocasión para besárselas tiernamente… Mimí, deseosa, insaciable por su juventud, bruscamente desnudaba a don Rodrigo. acomodándose olímpicamente sobre su humanidad, lo cabalgaba como una amazona sobre un caballo desbocado… Don Rodrigo satisfecho, después se dedicaba a fumar un cigarrillo que compartía con ella, y así se quedaban relajados hasta dormirse.

La obra de don Rodrigo, duraba meses y meses, jamás finalizaba … Todo ese tiempo había sido una constante luna de miel..Posiblemente, él creía amar a Mimí; pues apenas estaba terminando una escultura, cuando estaba planificando continuar con otra .

Esta vez, la pose de Mimí, era la de una mujer de pié, parada, siempre al desnudo, las piernas abiertas, y los brazos extendidos, tomándose con ambas manos, la “cola de macho”(17) Esta escultura había sido un encargo de un hotel de Cinco Estrellas, la cual debería ser entregada en el plazo de seis meses improrrogables… De modo, que don Rodrigo, sin horario, y sin días de descanso, se dedicaba en cuerpo y alma a su obra, trabajaba día y noche, olvidando incluso, a tomar sus alimentos. Mimi, resignada, siempre a su lado, modelándole. Don Rodrigo gustaba recorrer con sus manos, las formas voluptuosas del cuerpo desnudo de Mimi, para luego acentuarlas y plasmarlas… De esta manera, constataba que su obra era exacta a su modelo, deslizaba su mano izquierda acariciándola desde el pecho hasta las piernas.

Don Rodrigo le demostraba a Mimí su agradecimiento con abrazos y besos, a veces castos, y a veces lascivos; mas de laguna vez le juró amor eterno. Además él le inventaba poemas románticos, los cuales se los dedicaba, publicándolos en un periódico importante..

Las sesiones habían transcurrido diariamente, hasta finalizarse esa escultura la cual quedó hermosa… y perfecta. Esa fue la última vez, que Mimí le posó a don Rodrigo, el vehemente escultor. Ella por su juventud, detectó que su destino debía continuar, que no se cumplía aún… Dejando atrás el romance del escultor, y conservando como una fiel prueba de este efímero idilio el retrato elaborado en piedra de la lava traída desde “El Jabalí”(18); retrato que aún exhibe con orgullo, y que le plasmara don Rodrigo.






Llamadas
1- Casas de bahareque. Son construcciones autóctonos y que hacían nuestros indígenas y es su mejor legado.

2-teja- material elaborado de barro, que sirve para cubrir los techos de casas.
3-cal viva de Metapan. La cal es un mineral extraido de las minas del lugar denominado Metapan, ubicado en el extremo nor- occidental del departamento de Santa Ana, de El Salvador, y servía para pintar las casas de blanco, las cuales lucían impecables.
4-pila-un estanque de agua potable.
5- Madre Patria, se refiere a España.
6-Los Druidas ejercían de consejeros de los jefes y tenían conocimientos de medicina, magia y escritura, basada en el alfabeto oghámico, que sólo ellos conocían y que era sagrado.
7-Indio Atonal-Cacique índigena de los Pipiles
8-Hernan Cortez y la Malinche-La Malinche o Doña Marina (ca. 1500-1527), quien ejemplifica la importancia de los intérpretes en el curso de la historia. De familia noble, La Malinche fue esclavizada, se convirtió en intérprete y en la persona de confianza del explorador español Hernán Cortés, a quien dio un hijo.
9-no traer madera- no tener vocación
10-Pino-El pino es un árbol que pertenece a la división de las Gimnospermas, orden de las coníferas, familia de las pináceas.
11amor gourmet- sesiones de amor, que duran de cuarenta a sesenta minutos
12-Maja Desnuda-La maja desnuda es de las más célebres obras del Francisco José de Goya y Lucientes, y tiene pintado el cuerpo desnudo de la duquesa Cayetana.
13-Venus de Milo- una de las estatuas más representativas del periodo helenístico, representa a Afrodita (Venus en la mitología romana), la diosa griega del amor y la belleza.
14-Flor de Loto-Ejercicio de Yoga, sentada en el suelo, con la piernas dobladas y cruzadas.
15--anillo al dedo- cabalidad, que queda con exactitud
16-a medias su obra-sin terminar
17-cola de macho-estilo de peinado, recogido el cabello largo.

18-El Jabalí-lugar situado atrás del volcán de San Salvador, El Salvador, situado en San Juan Opico, Departamento de La Libertad, y cuando hizo erupción el volcán, quedó lava regada en sus faldas.



Todos los personajes son ficticios, al igual que las historias, si hubiere alguna semejanza en particular con alguna persona, hecho o lugar, es una mera coincidencia.

PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIALMENTE.

SOBRE LA AUTORA:
MIREILLE ESCALANTE DIMAS, Salvadoreña, desarrolla literatura del género literario “Romántico erótico”.
Ha escrito la obra: “MI TIA CONSUELO DE SAINT EXUPERY: LA SACERDOTISA DE LA DIASPORA SALVADOREÑA, que oportunamente se publicará..

Santa Tecla, 24 de junio de 2009.