Cloé, una mujer de edad
interesante, de treinta y cinco años, viuda y sin hijos, acostumbraba descansar en el Lago de Coatepeque (1), en
compañía de su hermana Mady, menor dos años, aún soltera, sin compromiso y sin
hijos, y de José Manuel, español montañés , originario de Santander,
España, cuarentón y muy fuerte, a quien Cloé
daba órdenes con una sola mirada, y él las cumplía a cabalidad, después
de su difunto marido, él era su sombra.
El lago y sus historias tenebrosas en 1963, nuevamente volvió a su apogeo con la leyenda
de la “descarnada”. Contaban los aldeanos y pescadores , que en las
riberas del lago, a la medianoche, en luna llena, se paseaba en cueros, una
extraña figura, casi esquelética, de pelo largo, recorriendo a todas horas de
la madrugada, las veredas y alrededores del lago; el encuentro con “la
descarnada “ era temido, porque el fallecimiento del prójimo era instantáneo, nadie soportaba su fea y estrafalaria
imagen.
Cloé, expresaba que a pesar de haber viajado a lugares bellos, exóticos
donde prevalecían los (2) Spa, exclusivos y selectos-, ella siempre se
inclinaba por las aguas medicinales, azufradas provenientes de las entrañas del
“Ilamatepec”.(3), en el Lago de Coatepeque.
Los tres viajeros, arribaron al Hotel de El Llago (4) solicitando dos habitaciones, las que oportunamente habían reservado con anterioridad; una para Cloé y Mady, y la otra, para Jose Manuel.
Lo primero que destacó Cloé, fueron las aguas celeste-verdes cuyo oleaje besaba suavemente la orilla blanca y fina arena de la playa, con la suave brisa que les acariciaba la humanidad, y el cálido clima las envolvía sin llegar a sofocación . Sin temor alguno los tres visitantes se adentraban a las agua frías, a remojarse y a bañarse mientras el candente sol los bronceaba.
El Hotel, de amplias instalaciones, ofrecía a sus visitantes, dos piscinas, una de tamaño regular, de un metro de profundidad; y la otra pequeña para que los infantes disfrutaran; los pasillos poblados de macetas con flores diversas y verdes plantas; un inmenso salón cuyas puertas, lucían cortinas rojo cereza, que colgaban a la entrada del restaurante; afuera, un jardín de vistosa vegetación tropical, y al final, el corredor se conectaba con un largo y estrecho muelle artesanal de tablas de madera de mangle.
Los tres viajeros, arribaron al Hotel de El Llago (4) solicitando dos habitaciones, las que oportunamente habían reservado con anterioridad; una para Cloé y Mady, y la otra, para Jose Manuel.
Lo primero que destacó Cloé, fueron las aguas celeste-verdes cuyo oleaje besaba suavemente la orilla blanca y fina arena de la playa, con la suave brisa que les acariciaba la humanidad, y el cálido clima las envolvía sin llegar a sofocación . Sin temor alguno los tres visitantes se adentraban a las agua frías, a remojarse y a bañarse mientras el candente sol los bronceaba.
El Hotel, de amplias instalaciones, ofrecía a sus visitantes, dos piscinas, una de tamaño regular, de un metro de profundidad; y la otra pequeña para que los infantes disfrutaran; los pasillos poblados de macetas con flores diversas y verdes plantas; un inmenso salón cuyas puertas, lucían cortinas rojo cereza, que colgaban a la entrada del restaurante; afuera, un jardín de vistosa vegetación tropical, y al final, el corredor se conectaba con un largo y estrecho muelle artesanal de tablas de madera de mangle.
Al caer la tarde, y de manera
reverencial los tres veraneantes, al ponerse el sol, le rendían culto místico,
cuando éste desaparecía en el horizonte, muy atrás de la cónica arboleda,
venerando (5) al “astro rey,” según la usanza de los antiguos egipcios.
Por la noche, admiraban el cielo despejado, con todas las estrellas
del firmamento, la luna llena, redonda y plateada iluminando el paraje, distinguiéndose las diferentes constelaciones y galaxias.
El lugar escogido y preferido por las hermanas, Cloé y Mady, para
charlar y reir incasablemente, era el muelle, al aire libre, donde las
palabras se iban con el viento, el tema favorito escogido, era sobre los diferentes maridos que las hermanas, habían conocido en el
transcurso de sus vidas, hablaban de sus experiencias maritales; Mady
recordaba nostálgica al desaparecido Napoleón, y suspiraba profundamente, él fué su último marido, quien tristemente falleció en el día de (5)la fiesta de agosto en 1955, murió debido a un disparo, aún sin averiguar si fue suicidio, ó asesinato.
Por la noche, admiraban el cielo despejado, con todas las estrellas
del firmamento, la luna llena, redonda y plateada iluminando el paraje, distinguiéndose las diferentes constelaciones y galaxias.
El lugar escogido y preferido por las hermanas, Cloé y Mady, para
charlar y reir incasablemente, era el muelle, al aire libre, donde las
palabras se iban con el viento, el tema favorito escogido, era sobre los diferentes maridos que las hermanas, habían conocido en el
transcurso de sus vidas, hablaban de sus experiencias maritales; Mady
recordaba nostálgica al desaparecido Napoleón, y suspiraba profundamente, él fué su último marido, quien tristemente falleció en el día de (5)la fiesta de agosto en 1955, murió debido a un disparo, aún sin averiguar si fue suicidio, ó asesinato.
Cloé , por su parte,
recordaba a su primer amor, Ricky, él
siempre la apoyó incondicionalmente;
absteniéndose luego de continuar sus comentarios por respeto a Jose Manuel,
cada vez que éste se acercaba, ya que él las atendía, sirviéndoles copas de
champán rosado francés, y apetitosos vinos tinto
hasta llegar a la embriaguez , con una variedad de boquitas para picar; la conversación se desarrollaba al son del oleaje que se rompía constantemente
con la orilla.
Así permanecían hasta el inicio de la madrugada, bañadas por las gotas del rocío del cielo; retirándose posteriormente a sus dormitorios; Mady, padecía de insomnio pero al recostarse en la cama se hacía la dormida; Cloé, creyéndola que ella había conciliado el sueño, con sumo cuidado salía sigilosamente de la habitación, en busca de Jose Manuel.
Así permanecían hasta el inicio de la madrugada, bañadas por las gotas del rocío del cielo; retirándose posteriormente a sus dormitorios; Mady, padecía de insomnio pero al recostarse en la cama se hacía la dormida; Cloé, creyéndola que ella había conciliado el sueño, con sumo cuidado salía sigilosamente de la habitación, en busca de Jose Manuel.
Cloé se escabullía silenciosa
y solapadamente del dormitorio, y Mady, detrás persiguiéndola. Distinguía
cuando Cloé llegaba al muelle, a pesar de que los reflectores estaban apagados,
veía en la oscuridad, la silueta de su hermana a través de la tenue luz de luna. Cloé yacía tirada en el piso del muelle abrazada con José Manuel; ambos completamente
desnudos e hirviendo de deseo; Mady,
testigo mudo de dicha escena romántica
Satisfecha su curiosidad, Mady regresaba a la habitación: solo quería saber dónde se encontraba su hermana Cloé. Sin embargo después de ver el ímpetu de su naturaleza, la analizaba; le parecía increíble verla tan apasionada, y entusiasmada con José Manuel, ya que apenas tenía un año de viudez, consideraba que debía aún guardarle luto al difunto; sin embargo llegaba a la conclusión lógica que “la carne es débil”, por lo que se justificaba su romance.
Al siguiente día, Cloé despertaba al mediodía, cantando de alegría como un jilguero. Siempre al caer la noche, y con los destellos de los rayos de la luna alumbrando, Cloé desaparecía largo tiempo del dormitorio; ya Mady comprendia la magia del amor que se tenían Cloé, y José Manuel.
A Mady le surgía la incógnita sobre la fogosidad de su hermana
porque ella, a pesar de ser menor, era totalmente distinta.
La semana transcurrió en el Lago de Coatepeque como una efímera luna
de miel para Cloé, y José Manuel; para Mady fueron días inolvidables de descanso, sin el stress diario de su vida.
LLAMADAS:
(1) Lago de Coatepeque, considerado como un hermoso lago, situado en
las cercanías de la población de Coatepeque, Departamento de Santa
Ana, El Salvador. Su formación es un cráter de un volcan extinto, con
conexión subterránea al Volcán de Santa Ana, el cual se mantiene en
actividad, sus aguas son consideradas medicinales debido al azufre. (2) Spa –en latin significa “SALUS PER AQUAM” , nombre común para establecimientos de belleza, y salud, ofreciendo tratamientos, terapias o sistemas de relajación, utilizando como base principal el agua.
(3)“Ilamatepec”., el nombre indígena con el que se conoce el Volcán de
Santa Ana.
(4) Hotel EL LAGO, hotel inaugurado en el Lago de Coatepeque durante los años sesenta, catalogado como 5 estrellas. (5) el “astro rey”- asi también se le llama al sol,
(6) la fiesta de agosto, celebración nacional que conmemora La TRANFIGURACIION o BAJADA del Patrono de El Salvador, llamado DIVINO SALVADOR DEL MUNDO.
TRADICIONES AGOSTINAS
Por DRA. MIREILLE ESCALANTE DIMAS.
Transcurría el año de 1962, y María Soledad, adolescente piel canela,
alta, espigada de ojos negros, cabello largo y lacio azabache, de pantalones
celeste “strech” y blusa de licra roja escotada, vivía en la ciudad de San
Salvador, El Salvador, se preparada a
disfrutar de las tradicionales vacaciones agostinas (1) durante los seis
primeros días del sofocante, caluroso y a la vez lluvioso mes de Agosto: El
ambiente de festividad por doquier podía respirarse; sus habitantes relajados,
escogerían entre varias alternativas; sobre si quedarse en la capital a
participar según el Programa de la Fiesta Agostina, folleto conocido como “EL
TROMPUDO”, en cuya portada se distinguía atrás de la imagen del Divino Salvador
del Mundo, el personaje popular llamado “Juan Pueblo”; en su interior se
encontraban páginas escritas anunciando las actividades diarias matutinas, y
celebraciones nocturnas, chistes, historias y cuentos alusivos a políticos y a
personalidades conocidas; ó bien podrían ausentarse a la campiña a respirar el
aire de la montaña; o inclinarse a temporar a las playas del Océano Pacifico
bañadas por el sol y olas inquietas; ó también podían internarse en las verdes
aguas de las islas, lagos y lagunas; y como una alternativa, viajar al
extranjero; ó sencillamente quedarse a compartir en familia, la tranquilidad de
sus hogares y esperar la anunciada carroza de la (2) “Transfiguración” ó “La
Bajada”, y posteriormente a desplazarse
al campo de la Feria, cerca de la Iglesia de Don Rua, subiéndose a las
ruedas y disfrutando de los artista de
las carpas de Circos, especialmente “El de Chocolate”.
Cualquiera que fuese la decisión, la Policía Nacional se convertía en el vigilante de la seguridad ciudadana, de los capitalinos, realizando operativos acostumbrados año con año -antes de las festividades de agosto. La Policía Nacional capturaba a los malhechores, vagos, malvivientes, antisociales, delincuentes con antecedentes, y les aplicaba la ahora en desuso, derogada y sustituida (3)“Ley de Peligrosidad.” poniéndolos a la orden del Juez Especial de Policía, cuya oficina se encontraba en la parte trasera del Cuartel de la Policía Nacional del Barrio La Vega, de la ciudad de San Salvador, El Salvador, de esta forma, se protegía la propiedad y vida, de los citadinos honrados y trabajadores; el Juez Especial de Policía al finalizar las “fiestas” dejaba en la libertad a los capturados. “Aunque Usted no lo crea”, como dice Ripley, con la aplicación de esta medida de seguridad en la capital, los robos, asaltos a las viviendas y homicidios, se nulificaban, brillando por su ausencia las actividades delictivas.
Con el día UNO de agosto, se iniciaban las fiestas en la Plaza de las Américas, frente al Monumento del Salvador del Mundo, conocido en un tiempo como “La Cruzadilla”, despertándose la capital a las tres de la madrugada; con los nutridos estallidos de los cohetes de varas, dirigidos al infinito, escuchándose los estruendos a kilómetros de distancia.
A las seis de la mañana, los organizadores ofrecían al público la tremenda (4)“shuqueada” con derecho a repetición..
A las 7:30 a.m., el “DESFILE DEL CORREO”, encabezado por un cartero cargando un mensaje escrito en pergamino, para ser entregado al funcionario edilicio, quien debía leerlo en público, y declarando oficialmente inaugurada las Fiestas Patronales, e invitando a la ciudadanía a participar y divertirse en los festejos.
El recorrido del desfile consistía en el trayecto de la Plaza de las Américas, siguiendo sobre la Alameda Roosevelt, y terminando en el centro de la capital en la Plaza Barrios.
Encabezaba la caravana de vehículos, el Alcalde Municipal, conducido en el clásico Cadillac rojo descapotado, saludando efusivamente a la multitud, congregada en una valla; precedido por los representantes de la Cámara de Empresarios, Jefes militares, miembros de la Cruz Roja, representantes de los Barrios y de los Mercados; y al final, las diferentes(5) carrozas, de cada sector.
Al costado de la caravana, caminaban, a veces correteando a la multitud los (6)“Viejos de Agosto”, hombres con toscas máscaras, pelucas, y atuendos femeninos, simulando embarazos y glúteos prominentes, debido a las almohadas escondidas debajo de los vestidos, y en los pechos enormes, pañales; brincando y bailando iban los diferentes diablos, rojos y negros, causando un pandémonium; repartiendo dulces, el (7) “Chichimeco” quien maquillado de payaso, llevaba una gorra roja, pantalones largos sostenidos por tirantes, llevando la pierna derecha, de tela amarilla, y la izquierda, roja, con su camisa almidonada blanca manga larga, ocultos debajo de los pantalones, los zancos de madera de tres y medio metros de altura. Este personaje creado por un español a finales de siglo, se volvió popular anunciando la ferretería “El Chichimeco”.
Acompañando a la algarabía, las melodías musicales emanaban de la banda de un regimiento militar y municipal.
A las nueve de la mañana, amenizaba la música de marimba en el Mercado Tinetti.
A las tres de la tarde, en la Plaza Barrios, se efectuaba la competencia del (8), “Palo encebado”. obteniendo el ganador el premio consistente en el dinero depositado en una bolsita de vistoso papel de regalo que se encontraba clavada arriba, en el poste de madera. El triunfador arrancaba la bolsita mostrándola a los espectadores, quienes le compensaban con aplausos.
A las seis de tarde, en la Plaza Barrios se desarrollaba el popular(9) Carnaval en las calles principales de la Plaza Barrios, disponiendo de varias manzanas para entretenimiento gratuito de la población; ofrecido por la Alcaldía Municipal y con la participación de las variadas orquestas y conjuntos musicales de reconocida fama nacional.
Cualquiera que fuese la decisión, la Policía Nacional se convertía en el vigilante de la seguridad ciudadana, de los capitalinos, realizando operativos acostumbrados año con año -antes de las festividades de agosto. La Policía Nacional capturaba a los malhechores, vagos, malvivientes, antisociales, delincuentes con antecedentes, y les aplicaba la ahora en desuso, derogada y sustituida (3)“Ley de Peligrosidad.” poniéndolos a la orden del Juez Especial de Policía, cuya oficina se encontraba en la parte trasera del Cuartel de la Policía Nacional del Barrio La Vega, de la ciudad de San Salvador, El Salvador, de esta forma, se protegía la propiedad y vida, de los citadinos honrados y trabajadores; el Juez Especial de Policía al finalizar las “fiestas” dejaba en la libertad a los capturados. “Aunque Usted no lo crea”, como dice Ripley, con la aplicación de esta medida de seguridad en la capital, los robos, asaltos a las viviendas y homicidios, se nulificaban, brillando por su ausencia las actividades delictivas.
Con el día UNO de agosto, se iniciaban las fiestas en la Plaza de las Américas, frente al Monumento del Salvador del Mundo, conocido en un tiempo como “La Cruzadilla”, despertándose la capital a las tres de la madrugada; con los nutridos estallidos de los cohetes de varas, dirigidos al infinito, escuchándose los estruendos a kilómetros de distancia.
A las seis de la mañana, los organizadores ofrecían al público la tremenda (4)“shuqueada” con derecho a repetición..
A las 7:30 a.m., el “DESFILE DEL CORREO”, encabezado por un cartero cargando un mensaje escrito en pergamino, para ser entregado al funcionario edilicio, quien debía leerlo en público, y declarando oficialmente inaugurada las Fiestas Patronales, e invitando a la ciudadanía a participar y divertirse en los festejos.
El recorrido del desfile consistía en el trayecto de la Plaza de las Américas, siguiendo sobre la Alameda Roosevelt, y terminando en el centro de la capital en la Plaza Barrios.
Encabezaba la caravana de vehículos, el Alcalde Municipal, conducido en el clásico Cadillac rojo descapotado, saludando efusivamente a la multitud, congregada en una valla; precedido por los representantes de la Cámara de Empresarios, Jefes militares, miembros de la Cruz Roja, representantes de los Barrios y de los Mercados; y al final, las diferentes(5) carrozas, de cada sector.
Al costado de la caravana, caminaban, a veces correteando a la multitud los (6)“Viejos de Agosto”, hombres con toscas máscaras, pelucas, y atuendos femeninos, simulando embarazos y glúteos prominentes, debido a las almohadas escondidas debajo de los vestidos, y en los pechos enormes, pañales; brincando y bailando iban los diferentes diablos, rojos y negros, causando un pandémonium; repartiendo dulces, el (7) “Chichimeco” quien maquillado de payaso, llevaba una gorra roja, pantalones largos sostenidos por tirantes, llevando la pierna derecha, de tela amarilla, y la izquierda, roja, con su camisa almidonada blanca manga larga, ocultos debajo de los pantalones, los zancos de madera de tres y medio metros de altura. Este personaje creado por un español a finales de siglo, se volvió popular anunciando la ferretería “El Chichimeco”.
Acompañando a la algarabía, las melodías musicales emanaban de la banda de un regimiento militar y municipal.
A las nueve de la mañana, amenizaba la música de marimba en el Mercado Tinetti.
A las tres de la tarde, en la Plaza Barrios, se efectuaba la competencia del (8), “Palo encebado”. obteniendo el ganador el premio consistente en el dinero depositado en una bolsita de vistoso papel de regalo que se encontraba clavada arriba, en el poste de madera. El triunfador arrancaba la bolsita mostrándola a los espectadores, quienes le compensaban con aplausos.
A las seis de tarde, en la Plaza Barrios se desarrollaba el popular(9) Carnaval en las calles principales de la Plaza Barrios, disponiendo de varias manzanas para entretenimiento gratuito de la población; ofrecido por la Alcaldía Municipal y con la participación de las variadas orquestas y conjuntos musicales de reconocida fama nacional.
El día 2 de agosto, “EL DIA DEL COMERCIO”, a las nueve de la mañana, saliendo de la Plaza de las Américas, las espectaculares y llamativas carrozas, se deslizaban por las calles resaltando la belleza de la mujer cuzcatleca, las que escogidas como las reinas de los diferentes Barrios, y Mercados; se lucían entre vistosas y coloridas flores; lanzando a su paso, con ambas manos, besos y dulces a la concurrida muchedumbre.
María Soledad presenció también el llamado “Desfile Bufo”, una sátira organizado por los estudiantes universitarios, dirigido y dedicado esencialmente a los políticos y a las prominentes personalidades de la sociedad. Dicho desfile, a las once de la mañana, salía de la Universidad Nacional de El Salvador, por toda la 25 Avenida Norte, pasando frente a la entonces Embajada Americana, hasta la Plaza Barrios; los comentarios sobre este desfile, duraban hasta la finalización del año.
Por la noche, ese mismo día, en la Facultad de Medicina, sus estudiantes realizaban presentaciones jocosas de teatro.
Cada noche, durante todos los días de la Fiesta de Agosto, se alternaban las fiestas bailables acompañadas de orquestas, en el Club El Prado, el Casino Salvadoreño, el Circulo Militar, El Hotel Sheraton de El Salvador, donde se presentaban las Reinas electas de la ciudad de San Salvador, acudiendo además de la crema y nata de la sociedad salvadoreña, funcionarios y renombradas personas de nuestro medio.
El 6 de agosto, era el escogido para la celebración del Divino Salvador del Mundo como Patrono del país: El Salvador. La Iglesia Católica, única iglesia reconocida con personería jurídica por la Constitución de la República, conmemora todos años y por la misma época, el misterio de la Transfiguración de Jesucristo que se produjo en el Monte Tabor, representándola en “La Bajada .
Declarando en todo el territorio,
el 6 de agosto como asueto a nivel nacional; siendo la vacación completa que
iniciaba del primero al seis de agosto, con exclusividad de los
capitalinos.
Desde el interior del país, concurría la muchedumbre, para participar en Procesión de La Bajada, programada para el día 6 de agosto frente a la Catedral Metropolitana. María Soledad, conservando su buen humor atribuía que se denominaba “La Bajada” porque muchas personas provenían “bajadas” del Volcán de San Salvador, estrenando vestidos de telas de seda y brillantes, con hechuras seleccionadas muy diferentes a las de las citadinas, y se congregaban para presenciar la Transfiguración del Señor.
María Soledad, recordaba el incendio del 8 de agosto de 1951 que devoró la antigua Catedral capitalina, de estilo romano, Templo construído en el año de 1888, de madera y lamina contrachapada.
Desde el interior del país, concurría la muchedumbre, para participar en Procesión de La Bajada, programada para el día 6 de agosto frente a la Catedral Metropolitana. María Soledad, conservando su buen humor atribuía que se denominaba “La Bajada” porque muchas personas provenían “bajadas” del Volcán de San Salvador, estrenando vestidos de telas de seda y brillantes, con hechuras seleccionadas muy diferentes a las de las citadinas, y se congregaban para presenciar la Transfiguración del Señor.
María Soledad, recordaba el incendio del 8 de agosto de 1951 que devoró la antigua Catedral capitalina, de estilo romano, Templo construído en el año de 1888, de madera y lamina contrachapada.
La moderna Catedral Metropolitana, fue construida en el corazón de la ciudad de San Salvador,
frente a la Plaza Barrios; su construcción duró varios años.
A un costado, se encuentra el imponente Palacio Nacional, de arquitectura barroca, color gris, exhibiendo en su entrada principal, dos estatuas de cuerpo entero: la de la Reina Isabel La Católica sosteniendo el joyero de la Corona y la de Cristóbal Colón, el descubridor de América. Ahí, se albergaban oficinas gubernamentales: dependencias del Ministerio de Obras Públicas, Ministerio del Interior, Ministerio de Cultura, el Archivo de la Nación, la Asamblea Legislativa; teniendo libre acceso la población. María Soledad, recuerda que cuando pequeña llegaba a esperar en el Palacio Nacional a su padre, un prominente Abogado, a la salida del trabajo, acostumbrándose a jugar en los jardines, y caminar libremente por sus instalaciones; de modo que cuando ella, años más tarde, estudió en la Universidad Internacional Menendez y Pelayo, en el Palacio de La Magdalena de Santander, España, no se extrañó de la amplitud de los señoriales salones palaciegos.
La Procesión de “La Bajada” a las 3 de la tarde, en un camión hacía su recorrido hasta el Parque Libertad, dándole una vuelta despaciosa, para regresar a apostarse frente de la Catedral; anunciaban los cohetes de vara disparados al aire con rumbo hacia las nubes, mediante un escandaloso estallido que se escuchaban en todo el centro de San Salvador; la concurrencia observaba la carroza estacionada, cuya alegoría consistía en un globo terráqueo, y sobre él, en la parte exterior, vestido de un rojo brillante de terciopelo, la imagen del Señor Jesucristo con sus manos alzadas en alto repartiendo la bendicíón, y sobre su cabeza un halo de rayos dorados. El máximo representante de la Iglesia Católica –El Arzobispo, acompañado del Alcalde, y otras personalidades, presenciaban juntamente con la muchedumbre, que fervorosamente aplaudían incesantemente al momento de efectuarse la Transfiguración; ésta consistía en que la imagen de Jesucristo vestido de rojo, descendía despacio en el interior del globo terráqueo, para resurgir nuevamente vestido de un traje impecable de satin blanco, en medio de muchas palomas blancas alzando vuelo. ¡ Los aplausos eran ensordecedores!
Luego, María Soledad, después, de presenciar la “Transfiguración”, y continuando la tradición, igual que la multitud, se dirigía al “Campo de la Feria”, lugar donde la fiesta popular instalada en el predio baldío de regular tamaño, escogido por la municipalidad de San Salvador, muy cerca de los Juzgados de San Salvador, funcionaba desde el primero de agosto.
En fila, se encontraban “champas” improvisadas de lámina, donde cada una provista de mesas y sillas de madera para los parroquianos, tocaba música de rocolas a todo volumen, conteniendo cocinas de gas keroseno donde se preparaban los suculentos platillos: panes con pollo, y de gallina, pupusas de diversos ingredientes, enchiladas, pastelitos dorados de masa, platanitos y enredos de yuca fritas, elotes locos, churros españoles, algodón de azúcar, y como bebidas calientes ofreciendo(10) “Ponche” café y chocolate; como bebidas frías: los refrescos de Ensalada, horchata, Cebada, Granadilla, Cervezas Pilsener, Regia, Malta, y variedad de gaseosas de la Tropical y de la Cascada: Por doquier se ofrecían a la venta, dulces típicos: de coco, de marañon, de maiz tostado, de toronja, de dátiles, de camotes, de chilacayotes, caramelos de miel, etc.
Las ruedas mecánicas funcionaban y lo habían hecho desde el primer día de la fiesta de agosto; por las noches, las luces neón alumbraban como el día, la música de norteñas, y rancheras se escuchaba en altos parlantes amenizando las ruedas de la voladora, el martillo, la del Tío Vivo ó caballitos, de avioncitos, de las tazas gigantes, del gusano, de la Montaña Rusa y de la Chicago.
A María Soledad, le atraían las varias carpas de circos pequeños, sobresaliendo su preferido, el Circo México, cuyo propietario era don Eladio Velásquez, el Payaso Chocolate, denominado el Payaso del Pueblo, se presentaba maquillado de payaso, usando un sombrerito viejo gris, camisa blanca de rayas rojas y mangas largas, pantalones grises tronconeros sostenidos por tirantes, zapatos anchos y largos, él se distinguía de los demás Payasos, por el atrevimiento de contar chistes “para adultos”, y bailaba graciosamente con movimientos pélvicos mientras “el hombre orquesta” tocaba melodías conocidas como el “mambo Numero Cinco de Pérez Prado”, trabajando con ellos el cómico Margarito Esparza, quien por su diminuta estatura gustaba a los niños; la fama de su Circo, se lo debían a su público de origen humilde, de barriada; en todo su esplendor brillaban artistas radiales reconocidos como Doña Telesfora y Pánfilo a Puras Cachas, éste , a ella le llamaba cariñosamente “Doña Semaforita”, representando la pareja, dramas cómicos de la vida diaria, consistentes en hilarantes escenas de celos; también habían carpas de jóvenes semi desnudas – en trajes bikinis y medias de seda- contorsionistas, trapecistas, alambristas, y bailarinas profesionales de night clubs. Entre la variedad de las carpas se encontraban las que exhibían “el hombre descabezado” sobre una mesa, sin cuerpo; pitonisas adivinando el futuro, unas, mediante bolas de cristal y otras, leyendo la baraja española; el Castillo del Horror, en completa oscuridad, y lugar tenebroso albergando al Hombre Lobo, Frankestein, Drácula, La Llorona, Vampiros en ataúdes, tarántulas negras gigantes y otros siniestros personajes.
María Soledad se adentraba a la aglomeración existente en el campo de la feria, de piso de tierra, convertido en lodazal debido a la lluvia; a ella la multitud la estrujaba, la empujaba a diestra y siniestra. Llevaba dinero en un pisterita depositada en sus senos. Jamás comprendió la razón del por qué habían elegido los primeros días el mes de agosto para la celebración del Patrono, pues desde siempre, por las noches, caían torrenciales tormentas… Encerrándola la lluvia, en las actuaciones de los Circos del Campo de la Feria, terminaba una función, e inmediatamente se pasaba a otro circo, a ver otra función… y así interminablemente, hasta que paraba de llover, a la medianoche, cuando la oscuridad invadía el predio.
María Soledad, buscando la salida se había perdido, y solamente vislumbraba sombras… fue entonces que con la casi desmayada y tenue luz de los focos, en medio de la oscurana, distinguió a dos personas, una pareja de enamorados abrigándose con sus cuerpos; el hombre aprovechando la cercanía de su amada, le introducía sus manos entre los pechos y se los besaba efusivamente, y ella muy ufana se lo permitía. María Soledad, observaba tranquilamente el romance de los desconocidos, siendo testigo de cuando él había recogido la larga falda llevándosela hasta su cintura, acomodándose la humanidad de la mujer en medio de sus piernas, en estrecha unión, ambos se deslizaban meciéndose de arriba y abajo con suaves movimientos ondulatorios, y besándose a cada segundo. Esta expresión de amor, no escandalizaba a Maria Soledad, quien haciéndole honor a su nombre, siempre añoraba un compañero. Dando un giro hacia atrás, encontró la salida del Campo de la Feria Agostina, y al retirarse reflexionaba para sus adentros, lo bello de estar enamorado, y mejor aún, de ser deseada ardientemente.
Así se había festejado la FERIA DE AGOSTO del año de 1962, cuyo tradición se había repetido, año con año desde tiempo inmemorial, y continuaría su legado para las generaciones futuras.
Llamadas:
(1)vacaciones agostinas. Celebración popular que se dá en los días del 1 al 6 de agosto, todos los años. (2) “Transfiguración” ó “La Bajada”, es la tradicional carroza católica que sale de la Catedral Metropolitana, en un recorrido con la imagen de El Salvador, vestido de color celeste, luego al regreso para entrar nuevamente a la Catedral, la imagen del Santo baja al interior del globo (el Mundo) se cambia ropa a color blanco, y resurge nuevamente en medio de aplausos para la vista de los espectadores con su traje pulcro, limpio y blanco .
(3) Ley de Peligrosidad, conjunto de normas jurídicas que se aplicaban a los delincuentes con el objeto de prevenir cometer delitos a la propiedad y a la vida.
(4), “shuqueada”- tomar atol shuco, se servía casi hirviendo en huacalitos de morro, elaborado por un espeso atrol de maíz concentrado, alguashte (semillas de ayote molida), tres cucharadas de: frijoles negros y chile liquido; se acompañaba con pan francés; el atol para enfriarlo debía moverse constantemente en el huacualito.
(5), carrozas, camiones adornados en cuya tarima iban personas.
(6) “Viejos de Agosto”, eran hombres con máscaras, peluca en la cabeza, vestidos de mujer
(7) “Chichimeco” , un hombre en zancos de madera.de tres metros y medio de altlura, personaje creado en el siglo pasado por un español que lo utilizaba para darle publicidad a su ferretería llamada “EL CHICHIMECO”.
(8) “Palo encebado”, un poste de madera sembrado, recubierto de aceite, a disposición de un hombre valiente que subiera hasta la punta, obteniendo el ganador un premio en dinero.
(9) Carnaval-Baile popular de entrada gratuita para la población.
(10) “Ponche”, bebida caliente de la leche con aguardiente.
A un costado, se encuentra el imponente Palacio Nacional, de arquitectura barroca, color gris, exhibiendo en su entrada principal, dos estatuas de cuerpo entero: la de la Reina Isabel La Católica sosteniendo el joyero de la Corona y la de Cristóbal Colón, el descubridor de América. Ahí, se albergaban oficinas gubernamentales: dependencias del Ministerio de Obras Públicas, Ministerio del Interior, Ministerio de Cultura, el Archivo de la Nación, la Asamblea Legislativa; teniendo libre acceso la población. María Soledad, recuerda que cuando pequeña llegaba a esperar en el Palacio Nacional a su padre, un prominente Abogado, a la salida del trabajo, acostumbrándose a jugar en los jardines, y caminar libremente por sus instalaciones; de modo que cuando ella, años más tarde, estudió en la Universidad Internacional Menendez y Pelayo, en el Palacio de La Magdalena de Santander, España, no se extrañó de la amplitud de los señoriales salones palaciegos.
La Procesión de “La Bajada” a las 3 de la tarde, en un camión hacía su recorrido hasta el Parque Libertad, dándole una vuelta despaciosa, para regresar a apostarse frente de la Catedral; anunciaban los cohetes de vara disparados al aire con rumbo hacia las nubes, mediante un escandaloso estallido que se escuchaban en todo el centro de San Salvador; la concurrencia observaba la carroza estacionada, cuya alegoría consistía en un globo terráqueo, y sobre él, en la parte exterior, vestido de un rojo brillante de terciopelo, la imagen del Señor Jesucristo con sus manos alzadas en alto repartiendo la bendicíón, y sobre su cabeza un halo de rayos dorados. El máximo representante de la Iglesia Católica –El Arzobispo, acompañado del Alcalde, y otras personalidades, presenciaban juntamente con la muchedumbre, que fervorosamente aplaudían incesantemente al momento de efectuarse la Transfiguración; ésta consistía en que la imagen de Jesucristo vestido de rojo, descendía despacio en el interior del globo terráqueo, para resurgir nuevamente vestido de un traje impecable de satin blanco, en medio de muchas palomas blancas alzando vuelo. ¡ Los aplausos eran ensordecedores!
Luego, María Soledad, después, de presenciar la “Transfiguración”, y continuando la tradición, igual que la multitud, se dirigía al “Campo de la Feria”, lugar donde la fiesta popular instalada en el predio baldío de regular tamaño, escogido por la municipalidad de San Salvador, muy cerca de los Juzgados de San Salvador, funcionaba desde el primero de agosto.
En fila, se encontraban “champas” improvisadas de lámina, donde cada una provista de mesas y sillas de madera para los parroquianos, tocaba música de rocolas a todo volumen, conteniendo cocinas de gas keroseno donde se preparaban los suculentos platillos: panes con pollo, y de gallina, pupusas de diversos ingredientes, enchiladas, pastelitos dorados de masa, platanitos y enredos de yuca fritas, elotes locos, churros españoles, algodón de azúcar, y como bebidas calientes ofreciendo(10) “Ponche” café y chocolate; como bebidas frías: los refrescos de Ensalada, horchata, Cebada, Granadilla, Cervezas Pilsener, Regia, Malta, y variedad de gaseosas de la Tropical y de la Cascada: Por doquier se ofrecían a la venta, dulces típicos: de coco, de marañon, de maiz tostado, de toronja, de dátiles, de camotes, de chilacayotes, caramelos de miel, etc.
Las ruedas mecánicas funcionaban y lo habían hecho desde el primer día de la fiesta de agosto; por las noches, las luces neón alumbraban como el día, la música de norteñas, y rancheras se escuchaba en altos parlantes amenizando las ruedas de la voladora, el martillo, la del Tío Vivo ó caballitos, de avioncitos, de las tazas gigantes, del gusano, de la Montaña Rusa y de la Chicago.
A María Soledad, le atraían las varias carpas de circos pequeños, sobresaliendo su preferido, el Circo México, cuyo propietario era don Eladio Velásquez, el Payaso Chocolate, denominado el Payaso del Pueblo, se presentaba maquillado de payaso, usando un sombrerito viejo gris, camisa blanca de rayas rojas y mangas largas, pantalones grises tronconeros sostenidos por tirantes, zapatos anchos y largos, él se distinguía de los demás Payasos, por el atrevimiento de contar chistes “para adultos”, y bailaba graciosamente con movimientos pélvicos mientras “el hombre orquesta” tocaba melodías conocidas como el “mambo Numero Cinco de Pérez Prado”, trabajando con ellos el cómico Margarito Esparza, quien por su diminuta estatura gustaba a los niños; la fama de su Circo, se lo debían a su público de origen humilde, de barriada; en todo su esplendor brillaban artistas radiales reconocidos como Doña Telesfora y Pánfilo a Puras Cachas, éste , a ella le llamaba cariñosamente “Doña Semaforita”, representando la pareja, dramas cómicos de la vida diaria, consistentes en hilarantes escenas de celos; también habían carpas de jóvenes semi desnudas – en trajes bikinis y medias de seda- contorsionistas, trapecistas, alambristas, y bailarinas profesionales de night clubs. Entre la variedad de las carpas se encontraban las que exhibían “el hombre descabezado” sobre una mesa, sin cuerpo; pitonisas adivinando el futuro, unas, mediante bolas de cristal y otras, leyendo la baraja española; el Castillo del Horror, en completa oscuridad, y lugar tenebroso albergando al Hombre Lobo, Frankestein, Drácula, La Llorona, Vampiros en ataúdes, tarántulas negras gigantes y otros siniestros personajes.
María Soledad se adentraba a la aglomeración existente en el campo de la feria, de piso de tierra, convertido en lodazal debido a la lluvia; a ella la multitud la estrujaba, la empujaba a diestra y siniestra. Llevaba dinero en un pisterita depositada en sus senos. Jamás comprendió la razón del por qué habían elegido los primeros días el mes de agosto para la celebración del Patrono, pues desde siempre, por las noches, caían torrenciales tormentas… Encerrándola la lluvia, en las actuaciones de los Circos del Campo de la Feria, terminaba una función, e inmediatamente se pasaba a otro circo, a ver otra función… y así interminablemente, hasta que paraba de llover, a la medianoche, cuando la oscuridad invadía el predio.
María Soledad, buscando la salida se había perdido, y solamente vislumbraba sombras… fue entonces que con la casi desmayada y tenue luz de los focos, en medio de la oscurana, distinguió a dos personas, una pareja de enamorados abrigándose con sus cuerpos; el hombre aprovechando la cercanía de su amada, le introducía sus manos entre los pechos y se los besaba efusivamente, y ella muy ufana se lo permitía. María Soledad, observaba tranquilamente el romance de los desconocidos, siendo testigo de cuando él había recogido la larga falda llevándosela hasta su cintura, acomodándose la humanidad de la mujer en medio de sus piernas, en estrecha unión, ambos se deslizaban meciéndose de arriba y abajo con suaves movimientos ondulatorios, y besándose a cada segundo. Esta expresión de amor, no escandalizaba a Maria Soledad, quien haciéndole honor a su nombre, siempre añoraba un compañero. Dando un giro hacia atrás, encontró la salida del Campo de la Feria Agostina, y al retirarse reflexionaba para sus adentros, lo bello de estar enamorado, y mejor aún, de ser deseada ardientemente.
Así se había festejado la FERIA DE AGOSTO del año de 1962, cuyo tradición se había repetido, año con año desde tiempo inmemorial, y continuaría su legado para las generaciones futuras.
Llamadas:
(1)vacaciones agostinas. Celebración popular que se dá en los días del 1 al 6 de agosto, todos los años. (2) “Transfiguración” ó “La Bajada”, es la tradicional carroza católica que sale de la Catedral Metropolitana, en un recorrido con la imagen de El Salvador, vestido de color celeste, luego al regreso para entrar nuevamente a la Catedral, la imagen del Santo baja al interior del globo (el Mundo) se cambia ropa a color blanco, y resurge nuevamente en medio de aplausos para la vista de los espectadores con su traje pulcro, limpio y blanco .
(3) Ley de Peligrosidad, conjunto de normas jurídicas que se aplicaban a los delincuentes con el objeto de prevenir cometer delitos a la propiedad y a la vida.
(4), “shuqueada”- tomar atol shuco, se servía casi hirviendo en huacalitos de morro, elaborado por un espeso atrol de maíz concentrado, alguashte (semillas de ayote molida), tres cucharadas de: frijoles negros y chile liquido; se acompañaba con pan francés; el atol para enfriarlo debía moverse constantemente en el huacualito.
(5), carrozas, camiones adornados en cuya tarima iban personas.
(6) “Viejos de Agosto”, eran hombres con máscaras, peluca en la cabeza, vestidos de mujer
(7) “Chichimeco” , un hombre en zancos de madera.de tres metros y medio de altlura, personaje creado en el siglo pasado por un español que lo utilizaba para darle publicidad a su ferretería llamada “EL CHICHIMECO”.
(8) “Palo encebado”, un poste de madera sembrado, recubierto de aceite, a disposición de un hombre valiente que subiera hasta la punta, obteniendo el ganador un premio en dinero.
(9) Carnaval-Baile popular de entrada gratuita para la población.
(10) “Ponche”, bebida caliente de la leche con aguardiente.