POLINESIO
Por
Dra. Mireille Escalante Dimas
Polinesio nació en
Armenia (1) en el año 1906, privilegiado
y dotado para predecir acontecimientos futuros,
podría decirse que si era un profeta, todo un adivino. Su padre, Aquiles y su
madre, Iris, se sentían orgullosos de su hijo no obstante que éste era (2) “el benjamín”
de una familia de seis hermanos, tres
varones y tres hembras. Cuando nació
nadie hubiera apostado ni un centavo por su vida, era una criatura endeble,
desnutrida , con cuerpo diminuto e
inmensa cabeza redonda, un remedo de “enano”; y para colmo de males, cuando ya
caminaba a la edad de cuatro años, tuvo un accidente en el jardín de la casa,
su pie izquierdo cayó en un zanjón, y se le hizo añicos su miembro; pero continuo caminando de manera desbalanceada; sus defectos se agrandaron.
A medida que transcurrieron los años,
Polinesio se transformaba en el bufón de la familia, deleitaba con sus
ocurrencias y gracias. Sin embargo lo
atractivo de ese hogar eran las profecías; por ese motivo en su casa siempre
habían visitas, él era la alegría del hogar, la vida giraba alrededor suyo.
La casa donde vivía Polinesio, construida de
bahareque, pintada de cal, blanco impecable, con extensos corredores en cuyos pilares colgaban
esplendidas (3) hamacas, había un vistoso jardín donde la eterna primavera lucía
radiantes flores coloridas y olorosas,
como jazmines, rosas, azahares, y mirtos estaba situada en el corazón de la población, justo atrás del
(4) Convento , muy cerca de la Iglesia
Católica, escuchándose las campanas plañideras que repicaban continuamente- por
las mañanas alegres, y por las tardes quejumbrosas, como si se lamentaran
siempre; únicamente esa religión existía, en aquel entonces.
La población con sus
calles anchas, empedradas y de tierra, ……..tenían sembradas en las aceras
arboles de (5)Maquilishuats ; con la conquista de los españoles, éstos
diseñaron la poblaciones, en el sentido de que las Alcaldías tendría que estar
ubicadas frente al parque, y éste debía tener un kiosco; alrededor del parque
debían apreciarse arboles frondosos,
para cobijar con su sombra. Durante el día, el parque se mantenía solitario, por las tardes y noches, se alegraba: los
fines de semana se escuchaban conciertos de música popular tocada por la Banda
Municipal. Los vientos soplaban aire fresco, tanto de día como de noche. Despues
de las seis de la tarde, afloraban los enamorados caminando hacia el Norte, las
señoritas, y al Sur, los hombres.
Aquiles, agricultor
dedicado a cultivar milpa, y frijol, recolectaba
tambien frutos de los arboles, cosechaba el café Borbón, llamado el
“grano de oro”, y siendo su apogeo en la época
del General Gerardo Barrios. Por ese entonces la vida en Armenia, era
tranquila y apacible. No existía la tecnología que se conoce hoy en día, se
carecía de Televisión, de Cine, de Internet, de Video Juegos… incluso,
el dinero se guardaba en casa, y circulaba la (6) bamba de oro, siendo
la costumbre guardarla en cantaros o jarrones, que luego se enterraban en los
patios, en el piso de tierra,- adentro de la casa,- o en las paredes de adobe, no
existían Bancos en Armenia.
Aquiles, un hombre de
cuarenta años, de piel bronceada, rudo, espalda ancha, alto- casi de dos metros-,
manos grandes y gruesas, como todo un trabajador del campo, tenía a su amigo,
un marinero retirado, llamado Euclides- éste, otrora había sido navegante de aguas
profundas y diferentes mares, se había embarcado en el (7) Puerto de Acajutla, le fascinaba comentar el regio espectáculo de la vista nocturna
del “Faro del Pacifico” divisado
a lo largo de la costa; y éso que había recorrido tierras lejanas en buques mercantes. Comentaba las maravillas de
los lugares distantes que había conocido, entre ellas estaba la Polinesia, la recordaba
como un paraíso inolvidable, lleno de encanto, rodeado de muchas islas remotas
como Bora Bora, Haiti, y otras, y amaba ese recóndito lugar, a grado tal, que Euclides
solo se limitaba a hablar de la Polinesia, así fue como surgió el nombre del “benjamín” de Aquiles. Por ello
le llamó a su último hijo, “POLINESIO”. Para sus padres, era un niño prodigio, con poderes mágicos, a pesar de sus deformidades.
Polinesio fue
creciendo, y no estudió en ninguna escuela, porque sus padres temían que los
demás niños se burlaran por sus defectos. A domicilio llegaba una profesora a
impartirle una elemental educación, lo
suficiente para que aprendiera a leer y a escribir. La maestra explicó que él
tenía un talento nato, una agilidad mental increíble, jamás tuvo problemas de
aprendizaje, era un niño muy adelantado
para su corta edad. Sin embargo, no
crecía en estatura como un niño normal, desde la edad de siete años, se le
despertó el poder de vaticinar hechos.
A doña Herminia, la amiga íntima de Iris, su
madre, estaba de visita , cuando, Polinesió, se
acercó juguetonamente , sin que
lo llamaran, éste, dirigiéndose a ellas,
se acercó sonriendo donde doña Herminia y se dirigió a ella, exclamando:-¡ Le veo
una niña en sus brazos! –
Imposible, doña Herminia, era viuda y no tenía
marido… Las personas presentes, se sorprendieron y creyeron que Polinesio
bromeaba. Pero al siguiente año, le nació a doña Herminia, una linda niña, por supuesto, de padre
desconocido.
En otra ocasión,
siempre en la casa de Armenia, donde vivía Polinesio, llegó don Paquito,
agitado, y afligido, porque su (8) yunta de bueyes que descansaba en el patio de la casa, había desaparecido. Polinesio escuchó la conversación, como
era enanito, pasaba desapercibido, y dijo: -Don Paquito, búsquelos en la calle del (9) rio Tutunilco-. Don Paquito sorprendido, por la respuesta de
Polinesio, ni corto ni perezoso, salió en estampida, y efectivamente ahí estaban
Tiberio y Ticinio-sus bueyes., pastando a orillas del Tutunilco.
En otra ocasión, (10)
Chus, el caporal de don Aquiles, el
padre de Polinesio, llegó llorando porque los Soldados se habían llevado a su hijo Nacho. Polinesio,
salió a su encuentro y le dijo -Chus, tu
hijo está en tu casa-.
Y realmente cuando Chus, el padre
llego a casa, encontró a su hijo, quien le comentó que se lo habían llevado por
equivocación, confundido, todo había sido un error, y lo tuvieeron que soltar!
De tal modo, que en la
población de Armenia. Se corrió la fama que atrás del convento de Armenia,
vivía Polinesio, que era todo un “adivino”…
El pequeño creció con su fama,
auxiliando a los que lo buscaban… Lo maravilloso, es que no cobraba ni un centavo por sus consejos, y respuestas; éstas eran totalmente gratuitas.
Cuando tuvo quince
años, ya para entrar a sus dieciséis, observó a su padre Aquuiles, triste y cabizbajo; Polinesio se le acercó, y le pregunto: -Papa,
qué te pasa?-
Aquiles,
le contestó: Me venden un lote de ganado, y no me alcanza el dinero para
comprarlo.-
Polinesio replicó:
-
-Papá, ¡Eso no es problema. Yo sé donde está
guardado tu oro!-
Aquiles asombrado, y
todo oídos, expresó:- Interesante hijo, dime, dime- -Bueno,
Papa, pero primero quiero pedirte un favor, y quiero me lo cumplas luego-dijo seriamente Polinesio.
-Naturalmente, mi hijo:. Dime que
deseas, a ti nada te falta, yo trabajo para darte todo -le contestó Aquiles.
-Pues, mira Papá, me da pena, pero a mi edad, todos los muchachos ya son
hombres, me entendes, verdad?-dijo-Polinesio.
-Ah, ya se por dónde vas mi hijo, pero éso no es problema, es la
naturaleza que reclama, ya se te presentó la testosterona, a mí también a tu
edad se me alborotaron -replicó Aquiles.
-¡Si Papa, yo quiero
la muchacha más bonita del pueblo-dijo Polinesio todo ansioso. -
-Mira, ya se, te voy a
llevar a un (11) salón de la Calle Sin Ley, según me han contado, ahí está una joven muy
atractiva, deslumbra por su belleza, es rubia natural, ojos verdes, blanca, alta; espigada,
con unos (12)pechos “que al tocarlos se
abren como ramos de jacinto”, cinturita catorce, y cadenciosas caderas-dijo
Aquiles.
-Está bien Papá, en la
pared de bahareque, la pared más gruesa de la cocina donde está el horno de
leña, donde hace el pan mi Mamá -replico Polinesio.
Aquiles, sin dudar, inmediatamente se fue a conseguir un pico, y
una pala, y comenzó a derivar la pared que le había indicado su hijo Polinesio. Iris, le gritaba –¡Estas loco Aquiles!-
Ya había derivado la
mitad de la pared, y no había encontrado más que barro y tierra entre los
escombros, cuando repentinamente, saltó a la vista, un (13) cántaro y jarron barrigones y
sucios … con mucho cuidado los extrajo, y se los llevó a su dormitorio… estaban pesadísimo, pero
sacó fuerzas de flaquezas, y calladito, pero lleno de felicidad, se los llevó a
su dormitorio. Encontró muchas bambas de
oro, las cuales guardo con candado en su cofre de madera.
Se dirigió a Polinesio,
diciéndole: - Bien, muchacho, te llevare esta
noche a que conozca a (14) tu Dulcinea-
Por
supuesto que Polinesio, estaba arreglado como todo un enamorado que iría al
encuentro de su amada.
Se dirigieron al “Salon” donde entró Aquiles
como todo un gran señor, con su pequeño hijo Polinesio… se sentaron en una mesa
y pidió una (15) Pilsener, solo para él, y con mucha discreción, llamó a
Lucrecia, la bella rubia…La contrató, le recomendó que a su hijo adorado que lo
tratara dulcemente; Polinesio se dirigió
a cumplir su sueño.
Entró a un cuarto donde el único mueble era
una pequeña cama cubierta con un manto
floreado, alumbrado el lugar con (16) candil, y un foco de luz eléctrica,
color amarillento -de mercurio; un lugar deprimente, a Polinesio no le
importaba la pobreza, él busco el (17)
catre, le pidió a la rubia que se quitara el vestido, y luego, que lo
desvistiera a él, y que lo tratara como ella trataba a los hombres… Lucrecia, toda una experta en
materia de sexo, se dio a la tarea de repasar las posturas del (18) Kamasutra;
y como dos amantes insaciables hicieron
el amor hasta quedar desmayados sobre la cama. Fue un canto
madrugador de un gallo, que los despertó.
Aquiles, aguardaba
tranquilo, tomando cerveza tras cerveza, y escuchando (19) un
trío melancolico, disfrutaba viendo las
siluetas de las trabajadoras del sexo, que paseaban dentro del salón, de un lado a otro, como
fieras en celo.
En camino a casa,
Polinesio le confesó a su padre, que había pasado una noche inolvidable. Pero
que se sentía enfermo, que había
visualizado la hora de su muerte . Desde ese día, cayó en estado febril, a
grado tal que cayó en coma… jamás despertó. Se especulaba que él había
cumplido su misión en la tierra… había
hecho feliz a muchas personas, incluyendo a su padre.
Polinesio, falleció
tranquilo; sus padres le hicieron un entierro solemne, donde la población
entera los acompaño al sepelio, las campanas de la Iglesia repicaron
incansablemente llamando a la población; había sido un ángel caído del cielo
que había vivido con ellos.
Llamadas:
(1)Armenia, antes población, situada en el Departamento de Sonsonate, El Salvador, America Central
(1)Armenia, antes población, situada en el Departamento de Sonsonate, El Salvador, America Central
(2)el benjamín, se le dice al hijo menor de una familia
(3)hamacas, consiste en una lona o red constituida por bramante o cuerda fina que se fija a dos puntos firmes, sirve para dormir y descansar el cuerpo.
(4)Convento, residencia del sacerdote de la Iglesia católica en la población de Armenia.
(5)Maquilishuats, árboles ornamentales de nutridas flores amarillas o rosadas
(6) bamba de oro, moneda de oro, que circulaba para comprar artículos.
(7)Puerto de Acajutla, un importante puerto colonial para el Imperio español, este como parte del Reino de Guatemala el cual a su vez estaba subordinado al Virreinato de Nueva España.
(8)Yunta, pareja de bueyes, de semovientes para transportar carga.
(9) rio Tutunilco- un río situado en los alrededores de la población de Armenia.
(10) Chus, es el diminutivo de nombre Jesus.
(11) salón, asi le llamaban en aquel entonces a los prostibulos
(12) pechos, estrofa de un verso de Federico García Lorca, del Poema “La Casada Infiel”.
(13) cántaro, vasija de barro
(14) tu Dulcinea- personaje de Dulcinea del Toboso en la obra Don Quijote de Miguel de Cervantes. |
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(15) Pilsener, una cerveza salvadoreña tipo Lager producida por la compañía Industrias La Constancia
(16) candil, una especie de lámpara fabricada que yenía una mecha de tela y encendía con gas..
(17) catre, es el equivalente a una cama humilde,
(18) Kamasutra, uno de los más antiguos tratados del amor y la sexualidad.
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Los hechos y personajes de esta historia son ficticios, cualquier
semejanza es pura coincidencia.
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