La joven Abril de entonces veinte
años, dedicada a sus estudios de Derecho
en la Universidad Nacional de El Salvador
-no existían otras universidades-, acostumbraba a tomar el bus, la Ruta
11, sobre la Avenida Cuba y Calle San
Martin, del Barrio La Vega , de San Salvador, El Salvador; diariamente pasaba frente a la casa amplia y enorme, con vistoso jardín, donde vivía un personaje legendario:
don Mauro con su familia, un militar
retirado, que había intervenido en “Golpes de Estado”, un señorón de setenta años de edad, de buen corazón, caritativo, con estudios “del más alla”, practicante
“espiritista”, ” Masón”, se le veía siempre conversando con los vecinos; era muy
amigo de los padres de Abril, razón por la cual ella tomaba su tiempo
para platicar… le comentaba sus entonces debilidades, inquietudes, y anhelos –males que aquejan a todas
las jóvenes solteras, en la busqueda de
amor. Don Mauro, le propuso averiguarle
“el futuro incierto” que le acongojaba; y le dió cita para que con suficiente
tiempo llegara preparada…
Se instalaron en un amplio salón,
a las doce del mediodía, hora precisa para conversar con los espiritus, cada uno sentados en cómodos sillones
acolchonados, en medio de ellos, una
mesa de centro, especial, no tenía clavos, y cubriéndola un tablero amarillo
con letras negras, y una “copa”.
Se sentaron frente a frente, pusieron sus manos sobre el dispositivo con
la ventana transparente- la copa-; le pidió a Abril que se concentrara en la pregunta que iba a hacer. Don Mauro,
discretamente pronunció un nombre,- el nombre del espíritu, a quién le pediría diera muestras de su
presencia, en el tablero, para hacerle
las diferentes preguntas.
La sesión fue todo un éxito. Abril,
salió sonriendo y satisfecha de las repuestas, pues todas fueron respondidas
con un “SI”, ó sea que el resultado fue
positivo. Abril, había preguntado - como
ella no tenía novio- si algún día tendría su propio hogar, con hijos
y marido…
Esa fue la primera vez que jugó “OUIJA!” Posteriormente, escuchó comentarios de sus
amigas de estudio, que manifestaban que dicha práctica era mala…
Pasados cuarenta años, Abril se había casado, formado su hogar, procreado a su hijo Felix, bueno, hasta había enviudado., Cuando Felix de 15
años con su amigo Felipe, también quinceañero, llegaron a casa de Abril
comentándole que tenían un tablero que les habían prestado para que jugaran
la OUIJA… Abril recordó el
ritual que efectúo don Mauro, y sonriendo, aceptó jugar con ellos.
Se instalaron en la segunda planta de la casa, frente a una ventana
amplia… Eran exactamente las siete de la noche, Felipe y Felix se sentaron en sillas
plásticas, sin clavos, y encima de sus piernas se colocaron el tablero de la OUIJA;
se pusieron sus manos encima del dispositivo
amarillo con el centro
transparente- la copa-, asi pasaron cinco minutos, y no ocurría ningún
movimiento en el tablero, entonces recordó que se debía invocar un espíritu,
Abril pregunto a Felix: - A que espíritu llamamos para que se presente?-
Felix contesto:
- ¡A Papá Alex!
Si, Papá Alex, era el espíritu indicado, era el abuelo, y quería mucho a
su nieto.
De modo que Felix reiteradamente decía:
-”Que
se presente Papá Alex”.
Cuando en ese mismiso instante, hubo un apagón de la energía eléctrica,
y cabal exactamente en medio de la oscuridad, frente a la ventana, cayó en seco
un rayo. No era invierno, era el mes de Junio, y no era temporada para que alumbrara un rayo caído del
cielo.
Abril y Felix salieron despavoridos corriendo para el dormitorio de Felix, y se recostaron sobre la cama,
donde pendía en el respaldo colgado el
Rosario que había utilizado Felix en su Primera Comunión….
Mientras, Felipe gritaba: -No me dejen solo!!!
Y Abril, asustada le contestaba:
-Despide a Papá Alex. Pasa el
dispositivo donde está “Good bye”
Felipe replicó:
-Sí, ya lo hice!
Abril le dió indicaciones;
-Entonces vente con nosotros…
Asustados los tres se refugiaron en el dormitorio de Felix, se vieron
las caras cuando a los diez minutos regresó la energía eléctrica. Tuvieron
miedo, o respeto hacia la Ouija, que no volvieron a jugarla jamas en su vida.
Con el tiempo, ahora Abril, se ha
dado cuenta que no era un juego, que que
es un canal que sirve para contactarse
con espíritus del más allá; el problema es que dicen, que a veces son malos espiritus los que
interfieren , y por ello, la religión Cristiana, condena dichas practicas.