lunes, 29 de abril de 2013

EL DIA DE LA CRUZ Por Dra.Mireille Escalante Dimas


                                  
El 3 de Mayo, en todo El Salvador, se celebraba el “Día de la Cruz”.  Indiscutiblemente  es una tradición fusionada por  orígenes de cultura  Maya y  religión católica. Esta circunstancia la descubrí siendo ya adulta.
 De la deidad Xipe Totec,  representaba  el culto a la fertilidad  de la tierra;  el mes Mayo, marca el inicio del invierno, inclusive hago referencia  al            ” dicho popular”: TE ESPERO COMO AGUA DE MAYO. Con éso expresamos,  “  las lluvias son necesarias”  para las plantaciones, de granos, para las cosechas de arboles frutales, y  la religión católica, representada por la Santa Cruz,  conforme  la religión impuesta por los Conquistadores españoles.  
Sin embargo, quiero referirme a la celebración del “Dia de la Cruz”, como la concebí siendo una infante.
 Mi tía Amanda, nació, vivió y murió en Armenia, Departamento de Sonsonate, El Salvador, me recuerdo desde que tuve uso de razón, allá por 1952, y hasta el año de su defunción 1974, ella  tuvo esa especial creencia y devoción sobre el Dia de la Cruz, en su casa,  -justo atrás del Convento- solo ese día, el 3 de Mayo,  permanecían abiertas las puertas, asi  niños y adultos , pudieran  llegara a venerar  con mucho respeto a una Cruz, elaborada artesanalmente  por estacas del  (1) Jiote, adornada con (2) cadenas y cortinas de papel de china de variados y encendidos colores  de la manera siguiente: hincarse y  persignarse enfrente de ella,  y al pie de la misma había, mucha fruta de estación, pero fruta en cantidades industriales, para regalarle a todos los visitantes, a ella se la enviaban de su propiedad, la finca Lutecia, situada en Tres Ceibas ;  de las siguientes :  mangos verdes, mangos maduros, (3) coyoles,  (4)Papaturros, aceitunas negras, (5) marañones de pepa, (6) marañones japoneses, guineos, granadillas, granadas, naranjas, (7) nísperos, (8)zapotes,  guayabas, y hasta cocos. Despues de recoger  una fruta,  se la comía tranquilamente. ó  se la llevaba a su hogar. Para mí, fue la única ocasión en que me dí gusto comiendo "Papaturros". Me parece que es una fruta extinta.
                  En lo personal me encantaba socializar con los visitantes. Mi tía Amanda, y mi madre Lolita, se complacían atendiendo a los visitantes. Pues además existía  la creencia, que si no se ponía  la cruz de Jiote, el diablo bailaba  en el patio de la  casa de Armenia, porque estaban protegidas. Se trataba de fiestas de pueblo… pero ahora, con la vida moderna, y la fruta encarecida por haber sido sustituido lo nuestro,-lo nacional-  por frutas extranjeras, ya está por desaparecer  esa fiesta de pueblo, muy tradicional…
              Sin embargo, hay aún pocos hogares que celebran tradicionalmente del día de "La Cruz". Se trata de una estampa salvadoreña

NOTAS:
 (1)Jiote, variedad de árbol  
(2 )cadenas y cortinas de papel de china, artesanía elaborada por papel fino y delgado, que se ponían adornando los brazos de la cruz.
(3) coyoles, semillas grandes y duras cubiertas por cascaras verdes, se succionaban porque tienen sabor dulce.
  (4)Papaturros, semillitas largas, de blanco transparente y dulce pegadas a la rama.
(5) marañones de pepa, la fruta de marañon , amarillay roja, dulce, se come cruda  o en miel de dulce de panela, también se elaboran refrescos;  la pepa se cocina y se descascara para comerla.
 (6) marañones japoneses, fruta color rojo por fuera y por dentro es blanca, sabor dulce.
(7) nísperos, eminentemente fruta tropical, con olor escandaloso, sabor dulce y chicloso, casacara fina color café y adentro su fruto también es café, con semillas alargadas negras.
(8)zapotes, cascara gruesa, su comida es rojiza, de sabor dulce, y una semilla grande, de donde se obtiene el “aceite de sapuyulo”- evita la caída del cabello.






domingo, 28 de abril de 2013

EL CADEJO Por Dra.Mireille Escalante Dimas


      EL CADEJO
                                                                                                           Por Dra. Mireille Escalante Dimas                                                                    INTRODUCCION.
Debido al progreso electrónico, nuestros niños/as, van olvidando aquellas leyendas muy nuestras, de nuestro folklor, cuyos antepasados nos deleitaban con sus narraciones. Estas habían sido transmitidas también  por sus padres, abuelos y bisabuelos; historias que fueron pasando de boca en boca. Intento rescatar la leyenda de EL CADEJO, que más de alguna vez, cuando chiquilla viví en una humilde cabaña fabricada de costillón de madera,  en el campo, me deleitaba escuchar por las noches, la narración que me hacia mi madre. Por ese entonces se carecía de luz eléctrica, y nos alumbrábamos con un candil de gas, ambiente propicio y tétrico para atender a la leyenda del Cadejo, recuerdo que me dormía rezando porque sentía miedo de la presencia del cadejo, a pesar –según la leyenda, era un fiel guardián.
De Internet de la dirección siguiente:  http://es.wikipedia.org, me ilustré sobre “el cadejo”, llegando a la conclusión que se trataba un animal legendario de la región mesoamericana, extendida entre las zonas rurales e incluso urbanas de Centroamérica. Se dice que es un mítico perro (o dos perros) que generalmente se le aparece a quienes deambulan a altas horas de la noche y al cual se le atribuyen poderes misteriosos.
La leyenda del Cadejo es el vestigio de una antigua creencia que supone que todo humano posee un animal de compañía. Este mítico animal es el doble del hombre, de tal manera que la enfermedad o la muerte del primero conllevan la enfermedad o la muerte del segundo. En la actualidad, se puede establecer comparaciones de lo anterior con el pensamiento cristiano, que expresa que el hombre tiene un ángel guardián que lo protege de los peligros. La creencia supone la existencia de un animal compañero para cada hombre. También este personaje tiene su resonancia precolombina maya en un espectro bienhechor guardián de los caminos.
Dicho animal si es negro,  acompaña al hombre en todos sus viajes solitarios por la noche; y el blanco  protege y defiende a la mujer.
"...era una especie de perro pequeño que seguía a las personas pero no les hacía daño. Aunque veces la gente no lo veía, oía sus pasos característicos semejantes a las pisadas de un chivo."

Lo curioso del cadejo, es que es un “espíritu”, nadie lo ha tocado, sencillamente se esfuma. Se dice, que se niega a desaparecer, pero hoy en día se le ve deambular en zonas rurales, despobladas,  inhóspitas,  montañosas y solitarias.
Me permito, pues contar, una historia sobre EL CADEJO, que aparecía muy cerca de mi querida Armenia, Departamento de Sonsonate. El Salvador, C.A.
                                                          

EL CADEJO CARBUNCLO
Hace un siglo, el cadejo hacía de las suyas en el lugar conocido Hacienda Las Tres Ceibas, muy cerca de la otrora (1) población de Armenia, Departamento de Sonsonate. sobre el lado derecho de la carretera de asfalto que conduce de San Salvador a Sonsonate.  Se le veía corretear de arriba-abajo en el (2) camino real, una calle polvosa estrecha, transitada por personas a caballo, a pie, y  (3) carretas de bueyes. Era un camino principal que conectaba con el Cantón El Tigre, las Seiscientas, y Zapotitan, luego a Santa Ana. El cadejo (4) carbunclo, visitaba estos lugares, eran sus dominios, correteaba incansablemente, de día y de noche.  
Generalmente los campesinos son los que transitaban a pie, por esos parajes; el recorrido era agradable, se escuchaba el trinar del (5)“Dichoso fui”; el sendero cubierto por las sombras de las hojas verde esmeralda de los variados árboles, que protegían del sol abrasador. En todo el trayecto, se encontraban las plantaciones de cafetales. Las Haciendas por las que se pasaba para llegar a Santa Ana, eran:  Puerto Arturo, Buenos Aires,  Santa Teresa, Copapayo,  La Haciendita, y  Paso Hondo- éste se llamaba así porque había una inmensa poza de agua cristalina, donde se bañaban los chicos.
 Por la mañana de un domingo siete de abril, Domingo  de Ramos, se murió don Chebo, un colono de la Hacienda Puerto Arturo, tenía apenas cincuenta años, pero aparentaba tener los ochenta; se decía que había sido de muerte natural. La velación en ese mismo momento se instaló en el en el patio de la casa donde él vivió. Los vecinos colaboraron prestando mesas, sillas, la doña Quita dió un crucifijo grande para ponérselo parado atrás del ataúd, en la cabeza, se pusieron cortinas blancas y la fotografía de don Chebo, en el medio . Se regó de inmediato la voz que don Chebo iba a ser velado esa noche.
(6)Las plañideras, brillaban por su ausencia. Don Chebo, buen padre de familia, un cacique para su comunidad,  hombre de mucha importancia. Su despedida tendría que ser de lo más alegre e inolvidable.
Con tan buena suerte que el calor de la Semana Santa traía una brisa acariciadora. La noche fue espectacular, con luz brillante de luna llena. A medida que se adentraba la noche los hombres brindaban con litros de (7)Tres Puentes, mientras jugaban “treinta y uno” con barajas españolas; se reían a carcajada limpia contando chistes, historias y cuentos, fumaban  y mascaban (8) hojas de tabaco o  Embajadores; mientras que  las mujeres soplaban el fuego de leña, para que el galón de tamales hirviera rápido, preparaban café, chocolate y el pan dulce para soportar la noche y madrugada.
En medio del bullicio, y en horas de la madrugada,  Chente, un joven valiente, armado de su filoso (9) machete,  tenía que caminar  (10) una legua, para ir a dormir a su rancho que quedaba en Paso Hondo; mientras que la Toña, hija de don Chebo, se quedaba en la casa del velorio; ambos jóvenes amigos de antaño, que  habían crecido juntos, pero que ahora despuntaban los veinte años, tenian las hormonas y testosteronas a flor de piel, enamorados desde siempre, al despedirse, se encontraban al fin solos y juntos. Chente con el trago aún caliente en su pecho, se armaba de valor e invitaba a la Toña a caminar por la vereda solitaria que pasaba atrás de la casa; el único testigo era la esplendida y glamorosa  luna llena. Se atrajeron como iman uno con el otro, y en unos cuantos minutos se habían confesado su amor. Ahí, Chente la hizo suya, y la Toña mas feliz que nunca, ella jamás había conocido el amor de hombre.
 Chente se encaminó a Paso Hondo, la luna le alumbraba el camino, además él llevaba una lámpara de mano, de batería. Cuando había recorrido media legua, se percató que lo seguía un perro negro, al cual le alumbró los ojos, y se dio cuenta que eran de un rojo candente. Tomo fuertemente su machete, por si acaso el perro se le tiraba encima a morderlo. Le entró miedo, y aligeró el paso.
 Cuando Chente entraba a su  rancho, el perro negro de ojos de rubí, paso de largo, ni siquiera se detuvo a verlo.
 En el entierro de don Chebo, Chente le conto a la Toña lo sucedido, y ella le dijo que era el cadejo carbunclo, le explico que éste lo había ido cuidando hasta su vivienda para evitarle una desgracia o cualquier peligro.
(1) población de Armenia, Departamento de Sonsonate, hoy es ciudad de Armenia, Sonsonate.
(2) camino real, es el construido a expensas del Estado, más ancho que los otros, capaz para carruajes y que ponía en comunicación entre sí poblaciones de cierta importancia. Definición de Diccionario Real Academia.
(3) carretas de bueyes, medio de transporte de carga, guiado por un boyero, no existían pick-ups ni camiones.
(4) carbunclo, se refiere a una piedra preciosa roja. Algunos eruditos piensan que se refiere al rubí.

(5)“Dichoso fui”, un pájaro que silba como su nombre lo indica.
(6) Plañideras: Cuando alguien fallecía en el Antiguo Egipto, la familia del difunto contrataba a unas mujeres para que llorasen e hiciesen público el lamento y dolor de la familia. Yo le llamaría “lloronas”
(7)Tres Puentes: aguardiente que se vendía en Sonsonate, y sus alrededores.
 (8) hojas de tabaco o  Embajadores: se acostumbraba a formar de las hojas secas de tabaco, los puros; los Embajadores, eran cigarros mas elaborados.
                                                                                                                                                            (9) machete, Arma que consiste en un cuchillo grande, con filo, usado por los campesinos o jornaleros para su trabajo o defensa personal
(10) una legua, es el equivalente a 4 kilometros

lunes, 22 de abril de 2013

LA LEYENDA DE “EL TABUDO” Por Dra, Mireille Escalante Dimas


 Para comprender esta leyenda (1) netamente salvadoreña,(2) debo explicar el significado de “Tabudo”, cuya palabra proviene de las “tabas”.
Las tabas son unos huesecillos pertenecen a los animales ovinos, ovejas, carneros y corderos; dichos huesos se encuentra en las patas traseras,  localizados en el tarso (tobillo) cuyo nombre científico es “astrágalo”.
Tratase  de un personaje de estatura pequeña, de igual tamaño a la de los pescadores, sus piernas  alargadas le sobrepasan su misma cabeza, de rodillas anchas y redondas, parecidas a globos inmensos inflados, de  labios gruesos y grandes, similar a un pez.
La morada de esta figura legendaria es el (3)Lago de Coatepeque, ubicado en las faldas del volcán de Santa Ana,  jurisdicción de Santa Ana, y del mismo Departamento, El Salvador. Su producción es la crianza de mojarras. No obstante que ha muchos años atrás, éstas habían desaparecido a consecuencia de peces caníbales, pero por personas atruistas, amantes del medio ambiente, desaparecieron  en su totalidad los peces caníbales, para sembrar luego las mojarras de agua dulce, encontrándolas  nadando alegremente y sin temor, en las aguas azufradas de ese lago; de origen  volcánico, localizado a dieciocho kilómetros al sur de la ciudad de Santa Ana, con una altitud de setecientos cuarenta y cinco metros sobre el nivel del mar ( 745 msnm ) y una extensión superficial  de Veinticinco punto tres Metros cuadrados (25.3 km²), de una profundidad de Ciento quince metros; según la lexicología nahuat  "coatepeque" significa “Cerro de Culebras”.
 En las riberas del lago hay  dos formaciones rocosas llamadas los “anteojos”. En el centro existe la isla llamada “Teopán”. un santuario a la diosa Izqueye (compañera de Quetzalcoatl); ahí los mayas veneraban el templo y  monolito representativo de la diosa Ixqueye, deidad femenina de la cultura precolombina;  en algunos puntos de la isla observan  petrograbados elaborados por índigenas como fiel testimonio de su  importancia..
Para orgullo de nosotros,  los salvadoreños, este lago esta considerado dentro de los diez más hermosos del mundo, habiendo competido, en años recientes con otros lagos;  se le adjudicó merecidamente, el noveno lugar de las maravillas del mundo natural.
La Leyenda de “El Tabudo”, muy conocida entre los pescadores, habitantes  y visitantes del Lago de Coatepeque, manifiestan convencidos que  el dueño de una hermosa mansión localizada al otro lado del lago, salió en una canoa, y estando en las orillas  la isla fue arrastrado por una corriente subterránea y llevado hasta los dominios de la diosa del agua dulce Itzqueyé; no se le volvió a ver con vida. A los pocos meses ese señor, apareció convertido en “El Tabudo”, dejándoles a las personas encargadas del cuido de la propiedad, la herencia de su paradisíaco lugar.

 El tabudo,  un espíritu bueno a quien no se le debe temer;  cuando le agrada una persona, aparece ser un humilde pescador sentándose en la parte delantera de la canoa,  auxilia a los valientes  pescadores anclados. atrayéndoles abundantes peces.

Si por el contrario, el pescador le teme, y huye, no pesca nada.
En otras ocasiones, cuando se enfrenta con turistas, visitantes, curiosos, ”El Tabudo” , cordialmente los invita a recorrer  las más recónditas profundidas  del lago; a los hombres los convierte en enormes peces de colores y a las mujeres en sirenas de agua dulce; después de tan increíble paseo, los deja nuevamente en la orilla, convertidos en seres humanos; sin embargo, hay quienes no desean regresar a la vida cotidiana, debido a que  en el fondo del lago han conocido la paz, la tranquilidad, y sobre todo la  libertad; y es cuando en en tierra firme los declaran  “desaparecidos”,  sus organismos jamás son recuperados.
NOTAS:
 (1)http://www.elsalvadordestinos.com/espanol/cuentosyleyendas/eltabudo.php                                   (2)El Movimiento OVOP, Un Pueblo Un Producto, plantea la unión de esfuerzos comunales,locales y regionales alrededor del desarrollo de uno o más recursos originarios para el fomento de emprendimientos económicos basados en el conocimiento y sabiduría popular, respaldada por su tradición cultural. 


EL CIPITIO Por Dra, Mireille Escalante Dimas


EL CIPITIO, es un personaje cuyas raíces son  mayas, muy nuestras; debemos rescatarlo del abandono  en que se encuentra. Antaño fue famoso, y  hasta personificado en el Canal 10 de El Salvador, en la Serie de Televisión Cultural Educativa representado por Rolando Melendez, y lo personificaba con simpatía en sus variadas aventuras, llegando incluso a teletransportarse. Escritores salvadoreños talentosos y de renombre como Salarrué, Manlio Argueta, Jose Roberto Cea, lo han recuperado del olvido.
Nos  remontaremos a su engendramiento: la “Reina Luna”  llamada “Sihuehuet”, esposa del Dios de Dioses, Teotl, tuvo un desliz  amoroso con el “Lucero de la Noche”, y salió embarazada, su fruto fue Cipit… Teotl furioso e indignado por esa traición de amor, y de infidelidad,  maldijo para siempre a su mujer y al hijo de ésta;  proclamó a los cuatro vientos  las condenas eternas:  a ella, a  vivir en el exilio, infeliz y en total abandono cerca de los ríos, bosques y montañas - degenerándose su nombre al de Siguanaba; y al hijo de ésta, el Cipit, -tal como su nombre lo sugiere: Cipote, mantendría  perennemente la edad de diez años, como castigo tendría  sus pies al revés, para recordar  la traición de ese amor perverso y torcido, Cipit ó El Cipitío,  acompañaba a su madre por los recodos de los ríos, bosques y montañas, pero por ser inquieto, travieso, curioso y juguetón,  como cualquier pequeño, abandonaba a su madre, y se iba a visitar casas rurales, en busca de ceniza, su alimento predilecto; prefería ceniza de los pastizales quemados, de las cocinas y  hornos de leña .
El Cipitio no inspira miedo, ni terror, es la misma imagen de un niño inocente, más parece ser hijo de un campesino de principios de siglo, vistiendo  traje de manta blanca, una cebadera en sus manos, descalzo, con sus pies al revés,  y un estómago prominente, resaltándole su ombligo abultado; y sobre su cabeza lleva  un sombrero de palma grande, terminando en un cono alto invertido,  muy parecido a los sombreros de “los brujos” pero de alas anchas, y de color blanco amarillento… se ve rídiculo;
El Cipitio,  con toda la facilidad del mundo puede trasladarse rápidamente de un lugar a otro, en el territorio salvadoreño.
Muy cerca de Armenia, en el año de 1960, en el (1) Cantón Azacualpa, -porción baja de la Cadena Costera donde la Sabana Tropical Caliente, se caracteriza por su predominante clima cálido, en  cuyas suaves pendientes y cuenca de captación, se encuentran ríos de profundos cañones, conteniendo  aguas frescas y heladas que corren río abajo, hasta desembocar en el mar; otros ríos atraviesan las llanuras  costeras para llegar siempre al mar.
El río principal es el Azacualpa ó Pito, cuyo  nacimiento se genera de la unión de las quebradas Barranca El Pital y Barranca del Puente o Llano Grande, a 4.5 kilómetros al noroeste de la ciudad de Armenia.
Era la época de abundancia, los bosques reverdecidos y tupidos, de hojas verde  clorofila, y arboles floreciendo, donde el Maquilishuat se vestía de rosado, el Cortez blanco, totalmente de flores amarillas, izotes cosechando flores, madre-cacao, caraos, almendros gigantes de río, aceitunos de frutos negros, mangos indios, y de clase, morro para elaborar huacales, cedros para madera, bálsamo para medicina, paternas, pepetos, aguacates, como fruta comestible.
Sus habitantes acostumbrados a trabajar en el campo, donde el ocio y  el vicio, eran desconocidos. Habían quienes sembraban cereales: maíz, maicillo y frijol, mientras otros daban mantenimiento a los cafetales. Las mujeres, se empeñaban en moler el maíz para hacer la masa, y echar   las tortillas, luego prepararles su almuerzo, llevárselos, y acompañarlos a comer. Las jovencitas de diecisiete años en adelante , a las seis de la mañana, se dedicaban a ir al río Azacacualpa a lavar la ropa sucia. Llevaban sus huacales llenos de ropa sucia y regresaban con la ropa seca y limpia. Todo el día,  permanecían, en el río. Para lavar la ropa escogían una piedra hermosa, plana, como si se tratara de una laja de medio metro. Se quedaban solo en un fustán de dacrón, con las tetas libres, mostrando sus pezones como botones de rosas,  para que no les estorbara la vestimenta al restregar la ropa sucia; ésta, la untaban con jabon de cuche, le pegaban a la piedra como si estuvieran castigando a la ropa.  luego, la retorcían. Toda la ropa era blanca, de manta, y cuando consideraban que estaba impecablemente limpia, la tendían en piedras asoleadas y secas. Mientras se secaba la ropa lavada, se dedicaban a bañarse en las pozas del Azacualpa, jugaban de cachar pelota, buscar cangrejitos debajo de las piedras donde la corriente es suave, intentaban agarrar pescaditos con las manos, en fin, así pasaban la mañana y parte de la tarde. Ellas sabían que las vigilaba El Cipitío, y que él se encargaba de cuidarlas: para demostrar su presencia, les tiraba piedras pequeñitas para no lastimarlas, y se escondía detrás de un matorral, ó del tronco de un árbol.
En el Cantón Azacualpa, existía en su fauna terrestre garrobos, iguanas, lagartijas, culebras, víbora castellana, cascabel, masacuata, bejuquilla, coral, roedores (ratas y ratones), tepezcuintle, tacuazín, zorrillos, conejos, gatos zonto ó montés, cusucos o armadillos, mapaches y zorras
Sobre los bosques, montañas y ríos, sobrevolaban gavilanes, chachas, búhos, palomitas ala blanca, chiltotas, tortolitas, pájaros carpinteros, picos de navaja, chejes, chontas, guajolotes, dichoso fui, golondrinas, pijuyos, gorriones. codornices, llaneras, arroceros, pirulís, y sanates.
Un día de tantos, a la Marla, recién cumplidos sus dieciocho años, pelo azabache, largo y lascio, de buen porte, bonitas piernas, y hermosos pechos, morena quemada por el sol, y su cara de rasgos pipiles que la remontaban a sus orígenes, y a los orígenes del Cipitío, de la Sihuehuet y del Dios Teotl,  se le metió el “malespiritu”, y se enamoró del Chente.  Se dió cita a las tres de la tarde de ese día jueves… La Marla caminando muy disimuladamente  río abajo del Azacualpa, un poco retirada de sus compañeras, solo con su fustán pegado al cuerpo por la humedad, y los pechos al desnudo fue al encuentro del Chente, éste no pudo contenerse, se le abalanzó a la Marla para abrazarla y besarla emotivamente, y así se amaron; recostados bajo una sombra de un árbol,  a la orilla del río Azacualpa. el Cipitío, fue  testigo mudo de dicho idilio; él se indignó tanto, tanto,  que optó por alejarse del todo del Azacualpa, y no volver jamás, pero eso si, se llevó consigo a todos los venados y conejos de la región.    
(1)Bibliografia] 













domingo, 21 de abril de 2013

LA CARRETA por DRA.MIREILLE ESCALANTE DIMAS



Esta historia está dedicada a los jóvenes que nunca conocieron de cerca, y mucho menos se condujeron o subieron a una carreta.

La carreta, en la época de antaño, de nuestros  bisabuelos, fue el único medio de transporte; común, muy útil en la vida rural, por ejemplo: en ella se transportaba la cosecha de café recolectada en los cafetales y puesta en sacos de henequén, para entregarse a los recibideros; el maíz - en tuza y mazorca- atrapada en redes de pita, se trasladaba de un lugar a otro, y después de aporreada, el grano recogido y envasado era guardado en costales de henequen, y llevados al mercado para comercializarlo, igual se hacía con el frijol, con los guineos, aguacates, zapotes o cualquier otra cosecha de temporada. Modernamente, se ha sustituido por vehículos automotores de carga, como decir, pick-ups ó camiones.

La carreta es un vehículo empírico, diseñado para el transporte, elaborado como un cajón de tablones de madera , dos ruedas grandes de madera con un cincho de metal pegado en medio; es halada por una yunta de bueyes ( dos bueyes amarrados por sus cuernos),  dirigidos por una persona que va al frente a pie, llamado boyero,  guiando, dando órdenes y azuzando a los bueyes con un palo delgado y largo que termina en punta,  La carreta se utilizaba en todos los rincones de nuestro territorio; era un transporte popular, usado por  patronos y campesinos. Los bueyes –al ser comprados se valoraban en un  precio elevado, por estar amaestrados para obedecer y llevar la carga.
Alfredo Espino, se inspiró en  LOS OJOS DE LOS BUEYES publicado en JICARAS TRISTES, dice asi “””””””””¡Los he visto tan tristes, que me cuesta pensar
cómo siendo tan tristes, nunca puedan llorar! ...
Y siempre son así: ya sea que la tarde
los bese con sus besos de suaves arreboles,
o que la noche clara los mire con sus soles,
o que la fronda alegre con su sombra los guarde. 

Ya ascendiendo la cuesta que lleva al caserío.
entre glaucas hileras de cafetos en flor...
o mirando las aguas de algún murmurador
arroyuelo que corre bajo un bosque sombrío.

¿Qué tendrán esos ojos que siempre están soñando
y siempre están abiertos?...
¡Siempre húmedos y vagos y sombríos e inciertos,
cual si siempre estuviesen en silencio implorando!

Una vez, en la senda de una gruta florida
yo vi un buey solitario que miraba los suelos
con insistencia larga, como si en sus anhelos
fuera buscando, ansioso, la libertad perdida ...

Y otra vez bajo un árbol y junto a la carreta
cargada de manojos, y más tarde en la hondura
de una limpia quebrada, y en la inmensa llanura,
y a la luz de un ocaso de púrpura y violeta

¡Siempre tristes y vagos los ojos de esos reyes
que ahora son esclavos! Yo no puedo pensar
cómo, siendo tan tristes, nunca puedan llorar
los ojos de los bueyes...”””””””

Por mi parte, me alegro que haya desaparecido la carreta como medio de transporte, y sustituida  por vehículos modernos. Si reflexionáramos  sobre esos bueyes, esclavos, estaríamos conscientes  de los castigos;  ahora la Sociedad Protectora de Animales reconocida mundialmente, está en contra de los malos tratos de animales.

Según la tradición, en nuestra querida Armenia, durante los festejos patronales, en el siglo XIX, desfilaban alrededor del Parque Tomas Regalado, bellas jovencitas luciendo vestidos largos, y coloridos, montadas en las carretas adornadas de flores, y gallardetes.

También se recuerda cuando iban en romería hasta veinte carretas en caravana, en fila, adornadas de flores y pascuas, con  señoritas, niñas y niños vestidos de folkloricos “inditos”, el 12 de diciembre, para adorar a la Virgen de Guadalupe, justo a la salida de San Salvador, donde se encuentra erigida la blanca e implecable Basilica de la Virgen de Guadalupe.

En la actualidad, se  continúan con  las celebraciones patronales de Armenia, glamorosos  desfiles de nuestras hermosas bellezas, con la diferencia que las carrozas, son  vehículos automotores adornados de coloridas flores y globos.  

Y también continua la tradición de la romería para Nuestra Virgen de Guadalupe, con “los inditos.” Y hora hasta con serenata de Mariachis para la Virgencita, ruedas mecánicas para los niños, chalets improvisados para ventas de pupusas, panes con pavo, yuca frita y salcochada, chuco atole, ponche con piquete, y otras golosinas típicas. 

Cierto día del mes febrero de 1990, cuando se levantaba la cosecha de maíz, adentro de la Finca Buenos Aires, de Tres Ceibas, Armenia, Departamento de Sonsonate, El Salvador, sobre la calle polvosa,  la  Noy, morena de piel dorada- color dado por el abrasante sol- , de pelo negro peinado en dos trenzas gruesa que le caían a la cintura, delgada pero con el cuerpo  de sirena,  adolescente hiperactiva, olorosa a jazmin y a rosas,  con las hormonas a flor de piel, juguetona, vestía traje largo, de jersey, que con el viento se le pegaba al cuerpo ciñéndole el busto al natural- sin sostén alguno-, las piernas se le veían como dos pequeños, rectos troncos de pino, y un gracioso ombligo, se subía arriba de la carreta que llevaba el joven Toño –el boyero-: éste orgulloso  exhibía luciendo a la Noy como todo un trofeo. Era costumbre de ella, subirse a la carreta cada vez que veía pasar por la calle polvosa a Toño. Aprovechaba Toño,  como de costumbre,  descansar y poner en descanso a sus bueyes Claudio y Cómodo,  bajo una frondosa  Ceiba, sembrada en un fresco paraje solitario,  cuya sombra era extensa y cubría ampliamente la carreta con la yunta de bueyes. La Noy, de un brinco al suelo, se tiraba  de la carreta, y corría  a los brazos de Toño, quien ni corto ni perezoso, la aceptaba con aprobación, correspondiéndole  cariñosamente. Luego, él, levantaba la falda de la Noy, y así se subían arriba de la carreta, adonde  se recostaban para amarse intensamente.
 La Noy después, regresaba cantando y silbando  a su casa, y Toño, tranquilamente  continuaba su viaje de trabajo, sin parte sin novedad.

LA CARRETA BRUJA O CARRETA CHILLONA

Continua la Leyenda, que se cree que desde la época de la Colonia, surgió la Leyenda de la Carreta Bruja o Chillona; no existe documento alguno fehaciente que declare su fecha ni origen. La Carreta Bruja o Chillona, es conocida a nivel Centroamericano.

Se le ha visto en El Salvador, en diferentes lugares
Como costumbre  el Cementerio de Armenia  permanecía cerrado por las noches. Dicen que por la media noche, en luna llena, ésta alumbraba a plenitud, pues  no existía luz eléctrica; en el silencio nocturno, solo con el cantar de los grillos, se escuchaba el gemir de los chirridos de unas ruedas de carreta; era una carreta especial caminando sin bueyes  y sin boyero,  traspasaba los barrotes  del Cementerio cuando salía a la calle del pueblo. Era una carreta, igual a la descrita al principio, con la diferencia, que en su cargamento adentro del cajón, llevaba osamentas  de cadáveres;  y  salía a las calles empedradas a recorrer el pueblo, adonde  se escuchaban sus llantas de madera rodar lentamente, haciendo el típico crujido de unas ruedas rozando los ejes secos de grasa.

Por ese motivo, y  desde siempre, nadie transita por la media-noche sobre la calle del Cementerio de Armenia, aún ahora que hay focos que alumbran con electricidad, permanece desolada la calle del Camposanto.

Don Adolfo, el conocido telegrafista de Armenia, por hacer honor a su valentía,  fue testigo presencial de la Carreta Bruja o Chillona, y hoy, desde el manicomio comenta y alega que vió el cargamento de osamentas, y escuchó el rodar lento de las ruedas bulliciosas de la carreta, sin conductor,y sin bueyes.  















LEYENDA DE LA LLORONA por Dra..Mireille Escalante Dimas


El cantante español  Raphael interpretó “LA LLORONA”, y dice así:
“””Salías del templo un día, llorona
Cuando al pasar yo te vi
Hermoso güipil llevabas, llorona
Que la virgen te creí
Hay de mí llorona, llorona, llorona””” 

Realmente el origen de esta leyenda , data de fechas remotas de  la época precolombina mexicana; es sobre  apariciones aterradoras y llenas de angustia, en Mexico, cuentan que la diosa azteca Cihuacóatl,  se transformó en ser  humano por la curiosidad de saborear y conocerl amor,  no se percató de una posible traición del destino; siendo indigena, se entregó en cuerpo y alma a un caballero español, a quien solamente le interesaba jugar con las mujeres, y prenderles la llama dormida del sexo; ella –profundamente enamorada,  procreó tres hijos;  él sin miramiento alguno,  la abandonó a su suerte con sus hijos; cuando se aburrió de ella, la dejó triste y sola. El, se casó  con una española de la alta sociedad. De su misma casta. Entonces, la índigena en estado depresivo sin el amor del español no quiso seguir viviendo. Por esa razón, ahogó a los tres niños ,  posteriormente también se suicida. Por semejante atrocidad recibió el peor castigo de parte de sus dioses, a sufrir por toda la  eternidad a buscar y  clamar con ensordecedores gritos:  “Ay,mis hijos”!  “Ay,mis hijos”! Jamás tendría paz en su alma,  aunque asi pasaran   siglos.

 Desde entonces, los Conquistadores  españoles, en territorio mejicano, escucharon  los lamentos  de un espectro fantasmal asustando,  vestida de blanco, levitando y  lanzando alaridos desgarradores por sus fallecidos hijos .
 Debido a esa razón se impuso  el “toque de queda” a las 23 horas, en la Plaza Mayor de la ciudad de Mexico. 
 De ahí, su nombre de “La Llorona”.
Sin embargo, varios  autores recopiladores de leyendas, coinciden en   

leves variantes  a nivel Latinoamericano.

Me referiré a “la Llorona en El Salvador, a la que aparece aún en nuestros días,  durante las noches, de luna llena;  su primera aparición  fue en el año  de 1835,  en el Canton Las Cruces, jurisidcción de Armenia, Departamento de Sonsonate, donde abundaba la verde hojarasca, cafetales, y  animales ahora sino extintos,  en peligro de extinción: el venado cola blanca, el armadillo, garrobos, iguanas, ardillas, conejos, monos arañas, cabras salvajes, jabalíes, coyotes; entre las aves están: los pericos, talapos, guacamayas, urracas, colibrís.  Testigos recientes, que habitan en sus alrededores del Cantón mencionado,  declaran haber visto  a  una anima en pena, de  vestido largo, largo, de color blanco, constantemente en movimiento, vagando  durante la noche y lanzando al infinito “ayes lastimeros”,  buscando a sus hijos. Indiscutiblemente  se trata de un espanto, porque los pelos del cuerpo se les erizan y la piel se les pone ‘’carne de gallina’’.
Casi a la entrada del Cantón Las Cruces, muy cerca del Puente; donde  nace el río Azacualpa, como hilo cristalino, convirtiéndose más adelante,  en caudaloso.
“La Llorona”, para nosotros, los originarios de Armenia, Departamento de Sonsonate, El Salvador, no es  asesina, sino una madre  buscando – desde el más alla- a sus hijos extraviados.  Se llamaba  Tacha,  joven  atractiva, de piel canela, ojos negros brillantes rasgados, de cabellos azabache y lisos, mujer exótica  de Mesoamerica, que tuvo amores concupiscentes con el mestizo y semental, Teniente Alfredo, del Ejercito y Batallon salvadoreño, atrincherado en  Sonsonate,  hombre  musculoso escondido tras el  uniforme militar, el cual lucía como todo un “macho” . La Tacha se enamoró perdidamente , sin ser correspondida, aprovechaba  cada vez que lo visitaba,  provocándolo a hacer ilimitadamente el amor, en campo raso, y atrás de los matorrales;  lo frecuentaba cada tres meses, la distancia de Armenia a Sonsonate, era lejana, la Tacha viajaba en carreta de bueyes… así duraron dos  años consecutivos… y precisamente, cada año, nacía un retoño.
 Un día, el Teniente Alfredo, casi al inicio del  tercer año, de estar atrincherado, fue trasladado hacia  rumbo desconocido… La Tacha, se quedó preguntando por  él, y nadie le dio  información de su paradero.
 Ambos niños, llegaron a la edad de seis y siete años, añorando a su padre, situación, muy común en nuestro país; los pequeños crecieron solo con madre, quien hizo también las veces de  padre.

Cierto día, al comienzo del invierno,  la Tacha y los niños decidieron  bañarse en el rio Azacualpa, y, buscaron la poza  mas abundante de agua, sin percatarse del peligro; en ese lugar se formaba un remolino, al  entroncar con un rio caudaloso
. Frente a los ojos de la Tacha, los niños se hundieron en segundos,  desapareciendo en un santiamén. La Tacha, afligida al observar que sus hijos no salían a flote, en un intento de salvarles la vida, y sin pensarlo dos veces, se lanzó nadando, a buscarlos, hasta que sus fuerzas se agotaron; y al no poder nadar contra-corriente, también pereció ahogada. Ese trágico día  vestía un traje blanco largo.      
 Desde esa fecha, a la Tacha se le conoce como a “ La Llorona”, y la identifican como el fantasma de vestido blanco que levita vagando río arriba y río abajo del Azacualpa. Por las noches lanza alaridos desgarradores llamando a  sus hijos muertos, asi:” ¡AY MIS HIJOS! ¡AY MIS HIJOS!”

NOTA BIBLIOGRAFICA:                                                                             LA LLORONA, UN MITO LATINOAMERICANO | Facebook
www.facebook.com/...llorona..


lunes, 15 de abril de 2013

LEYENDA DEL JUSTO JUEZ DE LA NOCHE Por Dra. Mireille Escalante Dimas 


 "El Justo Juez de la noche", pertenece a nuestro follkor salvadoreño, personaje  legendario, sus aventuras  transmitidas de viva voz, de padres a hijos, sus hazañas fueron narradas  de generación en generación; sus relatos históricos, del siglo pasado, cuentan  de una figura fantasmal errante;  amado por seres que subsistían aislados  y en despoblado,  ignorantes del progreso, atemorizados por  la noche;  la grisácea neblina se fundía con la sombra boscosa causando terror; las ramas de los árboles parecían espantos con los brazos abiertos moviéndose al ritmo de las ráfagas de viento.  Fue indispensable, casi necesario crear,  la presencia del “Justo Juez de la noche”, éste tranquilizaba los ánimos de sus habitantes, durante  la nocturnidad, ahuyentaba  el peligro, y retornaba la tranquilidad familiar y conyugal  a los hogares.

Se trataba de una figura mitica que representaba al amo de la noche, distinguíase el espectro  lánguido, de palidez sepulcral y  silueta brillosa, en la densa oscuridad, resplandeciente a la luz de luna llena, envuelto en antiguo ropaje negro  raído por el tiempo, capote en sus hombros y (1)   vergotero,  cabalgada un corcel negro, sobre una  montura exuberante de fina piel; llevaba  en su mano izquierda la rienda, y en la derecha, sosteniendo  un  (2) fuete y su implacable látigo, cual experto jinete; en sus altas  botas negras, sobresalían  inscrustadas en los tacones las espuelas de plata.  Su cara no tenía  rasgos- ni de humano ni de animal, simplemente exudaba un humo azul negro.         


 El territorio donde deambulada haciendo sus abruptas apariciones  se limitaba a la entonces pequeña  nación recién independizada de la (3) Madre Patria, El Salvador;  su espiritu  se circunscribía solamente a las áreas rurales; el encuentro de los tropiezos de personas durante  las noches, lo describían como un fantasma de pocas palabras, solamente preguntaba  y repreguntaba, si lo consideraba  conveniente.
Efectivamente, se trataba de todo un juez, -por propio criterio, impartía justicia a su modo, cuidaba aquellos habitantes decentes y trabajadores honrados,  de perturbaciones de  los vagos, haraganes, zánganos, viciosos, delincuentes, en fin de los apoderados del  mal espíritu . Como “juez justo”. impartía a diestra y siniestra –después de analizar la transgresión nocturna,  el  castigo: propinar latigazos. Los pobladores se sometían a sus reglas, obligadas a ser obedecidas y respetadas..
Quienes fueron sorprendidos por “el Justo Juez de la Noche” a deshoras, afirman haber sido advertidos de regresar a sus casas,- la noche le pertenece al Justo Juez-. ¡Ay de aquel desobediente!  Recibía azotes a manera de reprimenda.
 
En más de una ocasión, se le divisó en el Cantón El Cerro, de la jurisdicción de Armenia, Departamento de Sonsonate, El Salvador, situado  a 1080 metros sobre el nivel del mar, un lugar fresco. Allá por el año 1901, sus angostas veredas lo comunicaba con la población.  Por ese entonces, abundaban   cafetales, y vegetación agreste;  recorrían la calle de tierra y polvosa,   por las mañanas y por las tardes,  los trabajadores del campo,  y de vez en cuando, algún jinete cabalgando. Los pajarillos cantaban, los jilgueros amenizaban melodías, las urracas y pericos volaban de árbol en árbol, las ardillas brincaban en sus altas ramas,  las mariposas de todos tamaños y colores se posaban de flor en flor.
 Al llegar la noche, se escuchaba el silencio, de los grillos cantores,  cambiaba el panorama, ningun ser humano se atrevía a transitar por esos lares, muy conocidos por  todos, la nocturnidad  pertenecía al “Justo Juez”.
Nayo, experto (4) “miquero” en trabajar  el bálsamo, se subía a desprender  con el machete un buen pedazo de corteza, y cuando el árbol  comenzaba “a sangrar la savia”, le adhería    un pañal grueso de algodón, y ahí permanecía  por varios días,  para luego desprenderlo, torcerlo y recoger en un balde la savia exprimida.
En una ocasión Nayo cuenta  haberse quedado (5) “jugando chivo” con su compadre Lucho, y unos amigos, se tomaron  un par de tragos de (6) chaparro, por lo que  no sintió  el tiempo  transcurrir… hasta ver el lucero de la mañana asomándose en el cielo raso, decidió (7) tomar las de Villadiego; mientras caminaba de regreso a su casa, iba cantando y tarareando totalmente ebrio, las canciones preferidas de la Liliana, su compañera de vida; pensaba  encontrarla  calientita y esperándolo desnuda, lista para hacer el amor…
Cuando había recorrido un kilometro, se encontró con el Justo Juez de la Noche  patrullando esos senderos,   tremendo susto al verlo!  La borrachera se le esfumó. Solo recuerda al jinete sobre el corcel llamando  con voz profunda, lúgubre y fría, las siguientes palabras:
-“Nayo, de donde vienes, y hacia donde vas?”-
Nayo  asustado,  ni siquiera tuvo el valor de verle el rosto, contestándole tímidamente:
-“En casa me espera mi mujercita, no ando haciendo nada malo, estuve disfrutando con mi compadre Lucho y unos amigos,  por ese motivo se me hizo tarde.”-
Increible, la reacción del Justo Juez; enfrente de Nayo, dió media vuelta montado en su caballo, desapareciendo entre las sombras,  sin mas ni más.
Al llegar a su casa, le contó lo sucedido a la Liliana, quien  no le creyó, observandole  un notable  cambio, se tornó,  cariñoso, libidinoso,  lleno de lujuria y con candidez concupiscente y  se entregaron apasionadamente poseídos por un deseo insano,  en medio  de sus olores y fluidos corporales, hasta quedar sin aliento… durmiendo un sueño profundo como un par de tortolitos.
 (8).  El poeta Roque Dalton le dedicó al JUSTO JUEZ DE LA NOCHE, esta prosa: "Seco como un árbol aniquilado por el bejuco matapalo, su rostro brilla levemente con la ceniza pálida de los siglos y sus ojos rojos tienen un fondo donde nos espera la locura o la muerte. Nadie más justo que él, sin embargo. De ahí su nombre. Solamente los fatuos, los necios y los obstinados deben temer su daño sin motivos especialmente graves.”
(9)  La Dirección General de Correos de El Salvador,  emitió un sello postal con este personaje en el 2004 y lo ubica dentro de la serie "Leyendas de El Salvador”
NOTAS:
(1) un vergotero-sombrero de copa alta.
 (2)fuete: instrumento de mando, estimulo y control para que  obedezcan los caballos
(3) Madre Patria- se refiere a España
(4)“miquero”- persona diestra en trepar a los arboles altos.
(5) “jugando chivo”-jugar a los dados en el campo
(6) chaparro, licor elaborado en casa artesanalmente.
(7) tomar las de Villadiego, salir huyendo
(8).  El poeta Roque Dalton-dedico una estrofas al Juesto Juez de la Noche
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