domingo, 30 de junio de 2013

PREMONICION Por Dra. Mireille Escalante Dimas


 Casandra entrada en sus treinta años, mujer recatada y humilderecordaba las  palabras proferidas por su difunta tía Greta, las cuales tenía grabadas en su mente y en su corazón,  le retumbaban día y noche  en la cabeza:”Te quedas a vestir Santos ó a desvestir borrachos”. Esa situación la mantenía agonizante, y debido a su sotería, y además de ello,  no creía  en el matrimonio; le agradaba la idea de tener pareja para convivir en (1) unión libre, donde el amor predominaría,  sin tener  vínculos legales que respetar.

 Su destino debía cumplirse, y tendría que  escoger  a su compañero de vida; sería alguno que no estuviera comprometido, ni casado; su búsqueda para encontrar marido se había vuelto esencial; y por ser supersticiosa, usaba diariamente ese peculiar perfume cuyo aroma solo en las iglesias se advierte, despidiendo a su paso, olor a incienso. Ernesto cada vez que la veía, sentía atracción por el aroma, le recordaba la espiritualidad, elemento del que él carecía, e imaginaba a Casandra como una cándida alma, a quien  él gustosamente  protegería.

Ella, se caracterizaba por ser jovial, hacendosa, experta cocinera,  y muy fina y atenta, siempre  adivinaba el pensamiento y se adelantaba a los hechos,  además de ser buena moza, conservaba un elegante y espigado cuerpo, piel marfil,  de ojos vivos color café claro; labios de rubí carnosos e ingenuos ,  nariz larga y estrecha como el de una diosa griega, cabellera rubia natural,  saludable, animosa, hiperactiva cumpliendo con el trajin de ir y venir de un lado a otro en sus quehaceres domésticos,  se amoldaba a la modernidad. Gustaba lavar ropa en máquina, y le encantaba ver televisión. Ernesto, admirador de sus cualidades, se propuso conquistarla; no le fue difícil,  ella sin vacilar, aceptó sus atenciones, incluso estuvo dispuesta a formar un hogar...

Vivieron en un pequeño apartamento, más parecido a un estudio de artista, cerca del Redondel de la Fuente Luminosa,  donde se encuentra (2) la ex - Embajada de los Estados Unidos, cerca de la prestigiosa Universidad Nacional de El Salvador.  Ahí formaron su nido de amor. Los primeros días los pasaron de maravilla, todo era amor, pasión,  besos y comprensión; cada día se conocían más, se amoldaban a su nueva relación de pareja; por las noches hacían el amor incansablemente, usando diferentes técnicas y posturas anatómicas  recomendadas por (3) el Kama-Sutra que hasta  para comodidad . Ernesto consiguió un (4) sofá “Tantra” Increíblemente había cambiado tanto Casandra, que era una persona irreconocible, Ernesto le había despertado la bestia  dormida en su interior convirtiéndola en una insaciable sexual.

Casandra, Profesora de Párvulos, tenía el turno matutino en el Kinder Rosa, y se presentaba a laborar puntualmente; él, Abogado y  artista, con un trabajo temporal,  lo hacía solamente cuando le solicitaban sus servicios. Practicaba diariamente la oratoria, dedicado a la defensoría penal; y como (5) hobby Ernesto, gustaba cantar y tocar guitarra; de  vez en cuando hacia presentaciones,  se hacía acompañar de su amadísima mujer. Ambos esperaban ansiosos la noche para declararse mutuamente el amor.

Los problemas comenzaron cuando Casandra, llegaba minutos tarde al apartamento, debido al tráfico excesivo, entonces Ernesto la amenazaba diciéndole a gritos, que ese año sería el último que trabajaría en el Kinder; que se debía abstener de maquillarse debido a que  era un evidente coqueteo con el Director del Colegio, además  daba lugar a que la confundieran con una de las trabajadoras del sexo, que su cabello debía peinárselo sencillo, le indignaba que se hiciera el manicure, que las faldas debía usarlas largas, ya que era una mujer comprometida; que era intolerable que saliera  sola a la calle; siempre tenía él que acompañarla para hacer las compras en el mercado; y el colmo, es que le debía entregar el dinero de su sueldo.

Aquel dulce hogar, poco a poco, se convirtió en un infierno. Todos los días había discusión entre ellos. En ciertas ocasiones, Ernesto intuía haberse portado  ordinario y rudo, y para disculparse,  alzaba a Casandra en brazos llevándola amorosamente al dormitorio, donde delicadamente la recostaba, la besaba dulcemente, le buscaba los pechos para acariciarlos, y le cantaba al oído versos románticos llamando al deseo y a la pasión…

Casandra presentía que esa unión , no iba a durar ni tan siquiera un año. Ernesto de la noche a la mañana había dado un giro de 360 grados, después de haber sido tan dulce y cariñoso, se había convertido en  ogro. Siendo  una mujer inteligente, analizó el cambio de temperamento de su marido, y descubrió que él se escapaba al bar contiguo, a tomar licor; regresando sigilosamente al amanecer. Ella se iba a trabajar a las siete de la mañana, y él se quedaba durmiendo como (6) un lirón…

La conducta de Ernesto era debido al alcoholismo gradual, que le  iba creciendo a pasos agigantados, le brotó, como lo hacen las raíces  (7) de un árbol de hule. Casandra comprendía que ante esa enfermedad, era impotente, a pesar de la comprensión que pudiera profesarle, no podía ser “Redentora porque temía salir
crucificada”,   llegando  a la única solución: una inminente separación.

Por supuesto que  temía comunicarle a Ernesto su decisión: la separación, pero como su miedo se lo impedía, buscó el consejo experto de la Lic.. Anabel Espino, una renombrada  Psicóloga, famosa por haber salvado matrimonios al borde de la quiebra, y quien el Hermano  Chicho Marista,  de la Iglesia Catolica de La Merced,  la recomendaba. como una excelente profesional.

El dictamen de la referida psicologa, fue que la vida de Casandra corría peligro, en un momento de locura de celos, Ernesto podía matarla alegando , que como (9) el país, había sido señalado por tener  más índices de criminalidad, y de violencia en América Latina, circunstancia que  ocultaría  el homicidio de Casandra; recomendándole como una  sabia profesional con experiencia , que  debía acudir  de manera inmediata a presentar  denuncia contra su marido a la Delegación de la Policía Nacional Civil, y a Organizaciones que Protegen a la Mujer.  Casandra temía  por su vida, y  esa tarde, a las seis, presentía que  se repetiría la macabra escena y que su vida peligraría. Se hizo  acompañar por Agentes de Seguridad, los que entrarían en acción si  escuchaban las altas voces , los gritos proferidos por Ernesto; ella,  abriría la puerta para que lo llevaran preso por “violencia intrafamiliar”.

El caso se ventiló en un Juzgado de Paz de San Salvador. Ernesto al verse detenido y en la audiencia judicial frente a la señora Jueza,  como un corderito, clamaba piedad a Casandra, le pedía perdón…le juraba amor eterno, y que jamás volvería a humillarla, a maltratarla. La Jueza dictaminó en Audiencia de sentencia, la separación de ambos convivientes, prohibiéndole a Ernesto que no se acercaras por ninguna circunstancia  a Casandra,  ni por ningún motivo

. Ella, optó  regresar  a vivir con su madre,  se separaba rotundamente, de por vida y para siempre de Ernesto. A raíz de esta amarga e infernal experiencia, Casandra se decidió dedicar su vida a “vestir Santos”,  llegó  a conocer la felicidad debido a  que no tuvo ningún verdugo que la celara.


LLAMADAS

(1)unión libre,-unión de hecho, formar un hogar sin contraer matrimonio

(2)Ex Embajada de los Estados Unidos, sobre la 25 Avenida Norte y  21 Calle Poniente, San Salvador, El Salvador,  ubicada la Fuente Luminosa, y ahí en ese lugar, se encuentra la escultura Monumento al Mar del español  Benjamin Saul.

(3) el Kama-Sutra. Es el libro sexual de la India,  más conocido de todos los tiempos.

(4) sofá “Tantra” es un diván para  la práctica de las técnicas del Tantra, permite a través de una serie de posiciones, ejercicios y masajes, aplicar la sabiduría tántrica al arte de hacer el amor,

(6)hobby – entretenimiento, pasatiempo

(7) un lirón…roedor parecido al raton que pasa el invierno adormecido; se le llama también a una persona que duerme mucho.

(8) árbol de hule, árbol del cual se obtiene el hule, es frondoso de hojas verdes y grandes, con raíces principales sembradas y muchas flotando encima.

(9)el pais, se refiere a El Salvador, Centro America

Todos los personajes son ficticios, al igual que las historias, si hubiere alguna semejanza en particular con alguna persona, hecho o lugar, es una mera coincidencia.






domingo, 23 de junio de 2013

ROMANCE DESDE EL MAS ALLA. Por Dra. Mireille Escalante Dimas

Circe, a la edad de diecisiete años  regresaba a su casa en San Salvador,- adonde su familia,  orgullosa - titulada de Bachiller, después de haber vivido por muchos años, en Comayaguela, Honduras,  con sus abuelos. Era víspera del fin de año, el frío de la temporada se sentía, las golondrinas del Teatro Nacional estaban  abarrotando los cables de la luz eléctrica,  era el treinta de Diciembre del dos mil ocho. Había calculado exactamente estar en la  fecha justa para recibir el Año Nuevo. Ansiosa de volver a casa de la Tita, su madre, se encontraba sobre la Calle El Escorial situada a la derecha de Colonia La Providencia, sobre la cuesta de de la Colonia Dolores, y de Los Tanques de Holanda, la misma calle que desemboca en el Zoológico del Barrio Modelo, de San Salvador.

La casa donde vivía la Tita, construida por Ingenieros expertos en suelos de desnivel, desde la terraza, se  dominaban los rumbos Norte, y Sur. Hacia el Norte lindaba con las casas vecinas que existían sobre la misma calle; y hacia el Sur, el Volcán de San Salvador erguido besando el cielo azul, y abajo, en un hondo precipicio, casitas pequeñas del tamaño de cajas de fósforos, formando las colonias y barrios aledaños; la casa construida de  tres pisos. La entrada, al nivel de la calle pavimentada, al abrirse la puerta principal se exhibía la sala principal de la casa, decorada la pared blanca con un inmenso espejo cuyo marco dorado semejaba un sol;  una habitación con la moderna cocina   y un extenso extractor de humo;  el elegante comedor de fina madera caoba, con sus cuatro patas de león ; en el piso inferior, abajo, estaba el bar separado de la terraza por una puerta  de vidrio. Un pequeño mirador, donde se recibía la brisa, tanto del sol matutino, y vespertino; noche y su rocío. Apreciándose  el lucerío de las colonias; ahí, hermosamente colgaba un trapecio de cadenas doradas, asiento de madera pulida, que servía para mecerse, y un diván del siglo pasado; se admiraba en la lontananza el paisaje de San Salvador;  y en el sótano, los dormitorios de la Tita y de Circe. Todas, las paredes,  decoradas por muchos cuadros de reconocidos pintores salvadoreños. 

Circe, por su edad, inquieta, apenas amaneció al siguiente día, y teniendo como excusa la celebración del Año Nuevo, se dirigió a la calle, donde se encontró afuera con sus vecinos,  dos jóvenes  que dijeron llamarse  Maricarmen, y Jorge Eduardo, ambos  universitarios, cada uno de veinte años
e inseparables, se les notaba a flor de piel el amor mutuo que se profesaban. Circe, los invitó a la cena de la medianoche. Los jóvenes, encantados aceptaron, y ofrecieron llegar.

Al siguiente, amaneció siendo el Treinta y uno de Diciembre, la Tita en el curso del día, se afanaba en preparar el pavo, y Circe le ayudaba aderezándolo. Por supuesto que también estaban invitadas las amistades de la Tita para recibir la noche el Nuevo Año; y cumpliendo con la tradición cenaron los invitados a las doce en punto, brindaron con Champán y vino, admiraron regocijados desde el mirador, las luces de pólvoras. El aparato tocaba a todo volumen la música tradicional del Año Viejo: Faltan cinco pa las doce, El Año Viejo se va; Mi dulce Madrecita…

Al amanecer, los invitados, uno a uno fueron despidiéndose… Maricarmen, y Jorge Eduardo, también  regresaban al vecindario,  su casa. Por su edad, Circe, y por no estar acostumbrada a tomar vino, mareada se fue a dormir. Estaba en lo mejor de conciliar el sueño, y por su sopor, no podía distinguir si en realidad estaba ocurriendo, lo que escuchaba a través de la pared, no distinguía  si era el exceso de bebida, o su imaginación. Ella escuchaba al otro lado de la pared de su dormitorio, unos extraños ruidos… eran unos lamentos, gemidos como de dolor, ó tal vez de pasión, suspiros y risas entre cortadas; a Circe esta situación  le causó emociones libidinosas, y  le gustó el despertar erótico de sus sentidos, y al fin,  logró dominarle el sueño,  en medio de  estrellas y luces fugaces en la nocturnidad de su habitación.

Al siguiente día, el Uno de enero, al nomás despertarse, se dirigió  a  la casa vecina en busca de sus nuevos amigos. Para su sorpresa, una anciana abrió la puerta, y le comentó que Maricarmen y Jorge Eduardo, jóvenes estudiantes universitarios, si habían vivido ahí , muchos años atrás, pero en el año de 1979, a la edad de veinte años, unos sujetos vestidos de civiles, en un vehículo Jeep verde olivo, se los llevaron rumbo desconocido;  ellos habían aparecido a la semana, muertos, y en estado de descomposición debajo de la peña conocida como Puerta del Diablo, en Los Planes de Renderos.

La Puerta del Diablo, un paraje desde siempre, turístico, situado a un kilómetro al Sur del Parque Balboa, con vista panorámica, formado por dos rocas separadas desde donde se divisa el litoral del Océano Pacifico, la Villa de Panchimaldo, el Lago de Ilopango, el Cerro de La Pavas y el Volcán de San Vicente. Su nombre, está bien puesto, ya que en la antigüedad, los indígenas lo usaban para brindar sacrificios humanos a sus “dioses”; posteriormente, los cuerpos represivos, torturaban políticos enemigos del gobierno de turno, colgándolos de los pies, boca abajo, desde lo alto, donde los terminaban lanzando al vacío. 

Efectivamente, en ese mismo lugar,  habían encontrado a Maricarmen y a Jorge Eduardo; habiendo sido también el lugar de hallazgo de la famosa bailarina de danza folclórica  Morena Celarié, dos  días antes  de su cumpleaños, el 22 de abril de 1972. Esta artista  se hizo famosa porque siendo coreógrafa graduada del Palacio de Bellas Artes de México, daba presentaciones gratuitas de danza en las escuelas, centros rehabilitación, y en el interior del país.  En cierta ocasión ella declaró:  “Soy bailarina por naturaleza, y no hay duda que bailé en el vientre de mi madre, antes de nacer.”
 Cuentan que ella vestiría siempre de blanco, para cumplir con la promesa que una vez le hiciera a la Virgen Morena, la Virgen de Guadalupe de México, ya que durante su infancia había tenido principio de poliomelitis, y estuvo confinada a vivir muchos años en una silla de ruedas, pidiéndole para ese entonces, a la Virgencita que le hiciera “el Milagro”, de hacerla caminar nuevamente, que ella, le cumpliría dedicándole su vida a danzar, vestida siempre de blanco. 

Circe le aseguraba a la ancianita que Maricarmen y Jorge Eduardo, habían estado disfrutando la cena de Año Nuevo, en casa de la Tita, su madre, y que todos los invitados habían conversado con ellos, que los habían visto, por lo que le era imposible creer que estaban muertos!













sábado, 15 de junio de 2013

UN REMANSO EN MI NIÑEZ .Por Mireille Escalante Dimas Dedicado a la memoria de mi madre, doña Ana Dolores Suncín de Escalante Dimas

En un lugar remoto llamado  Finca “LA FLORIDA,” situada en el Cantón Las Higueras, Kilometro 52 de la carretera que de San Salvador, conduce  hacia Sonsonate, El Salvador, la  recuerdo como un lugar extenso, cultivada de café Borbón, árboles madereros;  potreros donde placenteramente las vacas pastaban, yo caminaba - a veces sola; otras, acompañada-  largos trechos por veredas polvosas y solitarias, gustaba visitar los  (1) ranchos de los colonos, mediando distancias grandes entre ellos; mi madre me permitía  jugar con sus pequeños  hijos, bailando (2) trompo, (3) chibolas, (4) capirucho, (5) haciéndole caricias a los fieles  perros “aguacateros de cuatro ojos”; pasaba por cercos apilados de piedra, y (6)  pantes de leña.

La escasez del  agua se palpaba  durante el  verano, no habían ríos ni pozos en ese lugar, mi madre me acostumbró al sabor del agua hervida para beber; además existía en abundancia agua de coco;  a pesar del agobio de la carestía, nosotros siempre teníamos (7) cantaradas de agua, ésta  la transportaba Lalo en una carreta- tanque;  durante el invierno, se recaudaba agua llovida en barriles  de metal. Me acostumbré  a bañarme con esa agua fresca, la cual me agradaba,  no obstante mi piel quedaba  resbaladiza, situación que no me incomodaba .

Por las mañanas: un calor –nada sofocante, soplando una agradable brisa.  Por las noches el cielo limpio, sin polución ni contaminación, asomándose la luna brillante,  y las estrellas titilantes. Aún recuerdo un espectáculo de la naturaleza, una lluvia de estrellas, parecían desprenderse en el infinito,  y caminar de un lado a otro en el cielo raso.  Allá por 1950. siendo una infante de aproximadamente cuatro años y medio, vivia con (8) la niña Lolita, mi madre;  solo ella y yo; mi padre, el Doctor  Alejandro, Abogado de prestigio, se mantenía muy lejos de nosotras,  en la ciudad capital, atendiendo a su clientela; nos visitaba frecuentemente, cada fin de semana.

Me había adaptado a la vida silvestre, hasta mi vestimenta era ruda, usaba botines,   pantalones de varón, camisas coloridas de  manga larga, y conmigo siempre un sombrero pequeño de palma;  jugaba con las flores plantadas afuera de la cabaña; diariamente mi vida era correr  de arriba- abajo, asustando a las mariposas multicolores eran flores que vuelan, de gran variedad de tamaño, entre ella las Monarcas, espectaculares por su brillantez en el  color,  enormes en su tamaño , sin embargo,  las habían de tamaño mediano y pequeño, pero tenían la característica   que se posaban todas en los crisantemos,  margaritas, pompones, lirios, y cambray.  Cariñosamente mi madre me llamaba  la “Caperucita del Monte”. A  las cuatro de la mañana acompañaba a Chepe Mingo  al ordeño de las vacas, portaba un tazón metálico , el cual  lo llenaba de leche  aún caliente, recién salida de la ubre de la vaca,  la que degustaba saborear tranquilamente. Había aprendido a descifrar el jilguero de los pajarillos, recuerdo preguntándome  mi madre - “¿Cómo dicen los pajaritos?” -; y yo le contestaba con orgullo, -  “Dicen Mirei dulce Mirei-

Cuando podaban los árboles de cafeto, yo exploraba el terreno, y conmigo acarreaba (9) un costal de yute, para sentarme,  buscaba la sombra de (10) un copinol, y recogía su fruto, para despues con una piedra  partía aquella corteza dura color café oscuro, extrayendo  su contenido, una semilla recubierta de un  polvito asemejando un terciopelo mostaza,  su sabor y olor, para mi agradable, diría  un néctar de los dioses. Hay  un refrán  que dice “el tiene mas saliva, traga más copinol”. Otras veces, también con una  piedra, rompia  la corteza dura de  (11) los caraos, que recogía del suelo, y extraía su majar de dulce sabor, el fruto despedía un  olor fuerte, para ciertas personas  hasta  ofensivo, pero particularmente para mí, a pesar del olor a “pie sucio”,  lo saboreaba como una exquisitez  gourmet. Jamás me enfermé del estomágo al deleitarme con esos exóticos frutos.

No me complicaba la  vida para entretenerme jugando  con la naturaleza. Había un árbol cuya flor parecía una diminuta  espada roja  saliendo de un botón verde, sera (12) el árbol de pito. Yo, siempre sentada sobre  mi costal,  bajo su sombra, recogía las flores, las abría extrayéndole el contenido blanco  que tenían dentro, luego las doblaba y las insertaba  al botón verde, calculándole que la mitad sobresaliera, y entonces comenzaba a soplar, saliendo un armonioso silbido, por cierto comestibles al cocinarse.    

El lugar donde vivíamos, y pernoctábamos, era una cabaña construida de (13) costilla de madera por fuera; sobre el techo, cubierta de (14)  tejas de barro;  en su interior, tablas en el piso; vigas gruesas que atravesaban arriba de una pared a la otra, en el techo, de donde pendían alambres sosteniendo canastas llenas de queso duro blando, chorizos, butifarras, salchichones, carne de res salada de preferencia (15)  “pecho”, no conocía la  refrigeradora, ni aparatos eléctricos de ninguna clase.

Dentro de la cabaña, habían dos camas de pita, pero con muchas mantas encima, que nos servían de colchón, recuerdo que dormía como un lirón y a pierna suelta. Había una mesa de regular tamaño, y cuatro sillas rusticas de madera; la puerta permanecía siempre abierta- en esa época, en 1950, no se conocía ni existía la delincuencia y quizá tampoco la pobreza –como lo hay en día. Había una ventana amplia, generalmente se mantenía abierta para la ventilación, para minimizar el calor, ya que la brisa refrescaba el ambiente; se cerraba, única y exclusivamente, solo para la hora justa de dormir. Cuando caía el manto oscuro del anochecer, nos alumbrábamos con candiles de mechas de (16) trapo y gas liquido; personalmente desconocía la luz eléctrica.

 El paisaje nocturno, todo un espectáculo majestuoso, era nada menos  el Volcan de Izalco - en su apogeo-, conocido como  el famoso “Faro de Centroamérica”, bautizado así por los marineros del Pacifico; vomitando día y noche la incensante candente lava, nunca imaginé, que algún se apagaría para siempre.

La cabaña situada en medio del cafetal borbón, rodeada además de árboles inmensos de madera fina, como el cedro,  conacaste,  laurel, y uno que otro, capuílin. Por ser el café  y capulin maduros, la  comida suculenta y favorita de los murciélagos,  mamíferos voladores y extraños, parientes de los roedores, se colgados por las noches dentro de la cabaña. Mi madre sabía que eran indispensables para  la ecología, por ello, no los combatía. Yo, totalmente ajena a las leyendas de vampiros,  convivía tranquilamente con ellos. Aprendí a no tenerles miedo.

Por las noches, los murciélagos  se colgaban de las patas, y encogían sus alas… sus diminutos ojos, nos miraban ya con familiaridad; desde que llegamos a vivir a la cabaña, ellos fueron nuestros fieles acompañantes. La niña Lolita, mi madre, me había enseñado que no debía temerles, me explicaba que era una especie necesaria, para mantener el equilibrio del medio ambiente, además se comían a los insectos como los zancudos; y por ese motivo nunca sufriríamos de malaria y paludismo. Ignoro como ella averiguó,  que  les gustaba fumar, encendía un (17) “Embajador”, un cigarro que no tenía filtro, luego, se subía sobre la cama y, con el cigarrillo prendido se lo ponía en la trompa del murciélago, y éste, lo aceptaba, y, hasta terminarlo, se tragaban el humo.

Yo, recostada sobre la cama, con la tenue luz del cándil, disfrutando del show nocturno, y  el entretenimiento:  las pericias  del murciélago fumando su cigarrillo, Además con la dulzura que caracterizaba a la niña Lolita, mi madre, escuchaba atenta la narración  de las  aventuras  de (18) Ulises ; otras veces  me contaba cuentos, hasta conciliar el sueño, y quedarme dormida  despues de un largo trajin.

 Recuerdo haber tenido una niñez feliz sin electricidad. ¡Como me hubiera gustado permanecer siempre en medio de ese  salvaje entorno,   en  esa edad y con la protección de mi madre al lado!

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NOTAS:
(1)   Ranchos de los colonos: casa con techo de zacate seco, paredes de baharque
(2)    Trompo: juguete elaborado de madera con una punta de metal, y una pita larga enrollada, que al desenrollarla  baila.
(3)    Chibolas:pelotitas  miniaturas elaboradas de vidrio.
(4)    Capirucho: juguete de madera conteniendo un trozo pequeño de madera unido por una cuerda a una bola perforada, cuyo objetivo es hacer incrustar el eje delgado al hueco del mazo.   
(5)     los fieles  perros “aguacateros de cuatro ojos”: perros  que no son de raza fina, posiblemente descendientes de los galgos españoles; cuatro ojo, por tener arriba de los ojos manchas negras.
(6)     pantes de leña: leña apilada en orden, raja sobre raja.
(7)    cantaradas de agua:recipientes de barro donde se guarda agua para tomar.
(8)    la niña Lolita: Se le dice “niña” a una persona del sexo femenino significando respeto, puede ser pequeña, joven, adulta y anciana.
(9)    un costal de yute:Bolsa grande de material textil que se saca de la corteza interior de varios árboles.                                             
(10)  copinol:  (del nahua «cuahuit», árbol, y «pinoli», harina.) (árbol leguminoso).
*      (11) los caraos:  son vainas largas cilindricas, duras de color café oscuro   llevando adentro miel oscura.
(12) el árbol de pito-Descripción - Arbol que llega a medir 10 m de alto. Tiene espinas en el tronco. Las hojas son trifoliadas de 8-15 cm largo como ancho. Las flores son rojas y están dispuestas en inflorescencias. Cada flor tiene forma de un pito, y se puede silbar. El fruto (el pito)  es una legumbre comestible. Semillas rojo brillantes, tóxicas. Se reproduce cortando las ramas, y se usa para cercos (13) costilla de madera- son tablas largas, usadas en construcción.
(14) teja de barro- una pieza de este material hecha en forma de canal; usada para cubrir exteriormente los techos y no permitir la entrada sol, y de agua de lluvia a un espacio dejándola escurrir.
(15)Pecho: Es la parte baja del frente de la res.
(16)Trapo:tela de algodon
(17) “Embajador”: La marca del cigarro que no llevaba boquilla
(18)Ulises: Personaje creado por Homero, cuyas  aventuras se narran en el libro de La Odisea.










lunes, 3 de junio de 2013

DOLENCIAS DE MALENA Por. DRA. MIREILLE ESCALANTE DIMAS


 Malena, mujer guapa trigueña, de cabello negro y corto, de hermosas pantorrillas,  soltera, alegre, llena de brío, culta, e interesante, de esas personas con las que desearías entablar conversación, hacía inventario de los accidentes sufridos en su pie,  en especial de su pie izquierdo. He aquí las anécdotas más relevantes que recuerda.
Allá  en (1) San Ramón, en la parte de atrás de los Condominios Atlanta, vivía en una casita rustica de teja y bahareque, entre maleza, huerta  y árboles, don Alvaro, anciano  afamado masajista…  de una extraordinaria experiencia en la anatomía humana, sin necesidad de Rayos X  detectaba quebraduras, declarándose incompetente en tal caso,  remitiéndolos   al  Hospital  Rosales para  tratamiento; don Alvaro, únicamente se dedicaba a corregir (2) esguinces y “safaduras”.  Malena desde que tuvo conocimiento  de la  existencia  de tan sabio sobador, acudía frecuentemente a solicitar  sus servicios  al doblarse el pie izquierdo, descomponiéndosele  el dedo pequeñito, y don Alvaro con un masaje suave,  entre platica y platica, le tomaba el pie izquierdo, masajeándoselo  y sin ocasionarle  dolor alguno,  le comentaba  “ya le cayó, señorita, lo desviado…”      Un día de tantos murió don Alvaro, y desde ese entonces, Malena tuvo más cuidado para no volver a lastimarse  ese dedito pequeño del pie izquierdo.
Pasado un par de años, Malena se trasladó  a vivir a (3) Santa Tecla- lugar conocido como la “ciudad de las colinas”, ahora “ciudad de las colonias”,  de clima tropical, estable, ambiente veraniego – incluso en invierno:  soleado; es una ciudad moderna, con edificaciones nuevas;  conectada con la capital además de la carretera Panamericana,  otros  accesos en su vía terrestre, el tránsito de varios Boulevares, donde se encuentra el de Monseñor Romero –conocido inicialmente como Diego de Holguin,  la Autopista Sur, y el de la Jerusalem- Colonia Escalón;  Malena, solía frecuentar  el  Bufete del  Licenciado Jose & Rodriguez, situado en San Salvador,  en un local del (4) Centro de Gobierno; ahí se reunían  cuatro  abogados de la misma generación, quienes destinaban  para descansar  un día a la semana, -el miércoles- , el objeto del paseo era prevenir un infarto debido a la carga laboral; y por supuesto incluían a, Malena, también acuciosa  abogada; enfilaban para distraerse a la  (5) Costa del Sol. Salían de la oficina a las diez de la mañana, y en cincuenta minutos  llegaban a una quinta, adonde los aguardaban chaisse- longues, mecedoras, hamacas, escuchaban bachata, salsa, música alegre; tomaban agua de cocoteros recién cortados, y una que otra (6) Pilsener,  mataban el tiempo, mientras se llegaban las doce del mediodía. Un total relajamiento, sin problemas familiares ni de trabajo, la mente en blanco Un mundo diferente,  de vez en cuando, en tono serio, se atrevían a comentar  que en un futuro no lejano, llegaría una (7)“Litis” millonaria…         Por supuesto se intuía que lo dicho era “un sueño”;  cuando la conversación era seria, se atrevían a incursionar en el misticismo, con temas de la reencarnación.
Regresaban  al desvío de La Costa del Sol  y de La Herradura, para tomar la carretera de La Herradura, a la hora del almuerzo, éste  consistía generalmente en un hermoso (8) coctel de conchas, servido en copas gigantes de cristal, las conchas naturales, frescas,  abiertas en el momento de servirlas, se encrespaban al contacto con el limón,  El coctel aderezado de pimienta, chile, cebolla, cilantro, tomate  y orégano,  eran  servidos  en las champas  de la bocana de La Herradura, Departamento de La Paz.  La cálida brisa marina con sabor a sal y yodo, soplaba en los rostros, el candente sol caía  sobre las láminas del techo. Increíble pero cierto, el coctel de conchas era tan especial que al compararlos con los de los restaurantes de San Salvador  no tenían el mismo sabor. Los  abogados acompañaban sus cocteles con cervezas bien heladas; a Malena le encantaban las conchas, y  las disfrutaba con una  Coca Cola helada. En la bocana, a un lado, salpicaba el agua grisácea del mar,  las lanchas pasaban de largo con turistas, a veces con pescadores, y  lugareños que se vivían en la Bahia y Estero de Jaltepeque,  jurisdicción de Jiqulisco, con varias islas  interiores desoladas: Limpio, Solomillo y El Esteróncada una de esas islas, rodeada de un pequeño manglar, y mas de alguna, oscilaba su visibilidad, en  marea  llena se cubría o inundaba  totalmente de agua;  y solamente de marea baja, era visible. Mientras  almorzaban,  se hacían bromas, contaban anécdotas, se pasaba el tiempo de una manera alegre.
Luego, se encaminaban a la propiedad del Licenciado Jose & Rodriguez, sobre el Boulevard Costa del Sol,  dejando a un lado a la quinta, donde habían sido recibidos al ser recién llegados, se trasladaban a la finca  bajo la sombra de los frondosos árboles de mangos, y de aguacates,  habían colocadas  sillas y las mesas con baraja americana; ellos,  jugaban partidas de póker apostando monedas . Malena, mientras tanto se recostaba en una cómoda hamaca de hilo blanco. Ese miércoles le atacó un fuerte dolor de pie, el pie izquierdo, el cual se lo dobló al caminar;  sus amigos, llamaron a Chus, el guardián de la quinta, para que le diera un masaje a Malena; Chus dijo tener una pomada que  curaba lesiones  de las ubres de las vacas y con ese ungüento, deslizaba suavemente sus manos en el pie de Malena, al mismo tiempo que sus amigos incitaban a Chus con comentarios jocosos e indecentes a realizar el masaje … Malena se alivió bastante, desapareciendo el dolor.
Eso sí, al marcar el reloj  las cuatro de la tarde,  enfilaban su regreso hacia San Salvador. Durante varios  años consecutivos mantuvieron esa costumbre.  Se dejó de viajar a la Costa del Sol, porque el abogado Rodriguez  ,organizador de  los viajes,  cayó enfermo, falleciendo de una enfermedad  misteriosa.
En otra ocasión, Malena visitó por dos veces, la (9)  Isla de Méndez, el caserío Corral de Mulas, jurisdicción de Jiquilisco, Departamento de Usulután; iba acompañada por el artista del  Arpa Joel Ramos, (10)  el Compadre Papá Chico, y su esposa…los viajes eran de negocios, y Malena, la Notario de las compraventas, la primera vez, fue por tierra, en aquel entonces para llegar, había que pasar por un estrecho, donde solo el vehículo cabía, corría agua al lado izquierdo y al derecho, ahora hay un puente. Joel adquirió un terreno  y el  viaje duró dos días,   pasaron una noche inolvidable, quemando (11) estoraque, y escuchando a Joel cantar al son de la guitarra. En esa vez, no pasó ningun accidente; pero quince días después, se realizó el segundo viaje, siempre  de negocio: Joel Ramos, compraba otro terreno. La diferencia, estuvo en que en esta ocasión se trasladaron por mar, llegando  al Puerto El Triunfo, donde en una casa dejaron el vehículo-  ellos bajaron por el muelle en una escalera de hierro para  montarse  en lancha que  los transportó al  Corral de Mulas. Al llegar al caserío se desviaron a la playa. Malena al ver el oleaje, se emocionó  y  sin que nadie le advirtiera sobre la agresividad del mar;  se adentró en él  a la altura de la rodilla  le llegaba el agua, cuando una corriente marina, le retorció  el musculo de la pantorrilla de la pierna izquierda, dejándola  lesionada,  salió gateando hasta quedar  a salvo. Para Malena, esos minutos llenos de angustia, los sintió  una eternidad,  las olas la tiraron al suelo, y le cubrían su cuerpo,  mientras ella se arrastraba mar afuera, luchó  por su vida, a gatas pudo por fin, salir del inminente peligro.        
 Un lugareño entrada la tarde, se presentó a la casa proporcionada al Maestro Joel Ramos  a masajear la pierna izquierda de Malena, con Metilo. Llegada noche, Joel  canto varios  boleros entre ellos, interpretó  aquella canción que dice  “No sé si en la eternidad haya amor, pero allá tal como aquí, en tu boca, llevaras sabor a mí”... Al día siguiente  firmó el vendedor otra escritura de propiedad a favor de Joel Ramos ante los oficios de la Notario Malena,  y se regresaron a Santa Tecla.
 Malena se recuperó con el tiempo, recordando la Bahía de jiquilisco, la Isla de Mendez,  Corral de Mulas, y el incidente de su pierna.
Bueno, en otra oportunidad, tan grande fue el descuido de Malena, se dobló  el pie izquierdo, quebrándosele  la tibia y el peroné -cerca del “ojo del pie”, no pudieron “sobarla” porque el tratamiento era más largo: pasó  tres meses enyesada, a veces en silla de ruedas, luego en muletas y por último usaba bastón . Tal parecía que la “maldición” de su pie izquierdo, jamás se le retiraría.
Pasados unos años, un día de tantos, Malena, amaneció sin motivo ni razón alguna, con el mismo pie izquierdo inflamado…  Ya le habían afamado a Alfredo, un Ingeniero Civil, con conocimientos profundos del cuerpo humano, huesos y músculos, lo tildaban como  experto “sobador”,  competencia del masajista de la (9) Colonia Luz y de  la Terminal de Occidente.
Desesperada, le llamó por teléfono para contactarlo, y  hacer  una  cita. Cuando lo conoció lo encontró  hombre serio, alto, fornido para su edad, pelo gris, y ameno en su conversación. Sus manos tenían  dedos gruesos, largos, y sus manos eran fuertes; macizo  como hierro, los antebrazos.  Ella, tímida,  le comentó su problema;  él cortésmente le expresó que “con gusto”  le ayudaría, que por supuesto “había llegado al lugar indicado”. Le manifestó que debía trasladarse a adonde estaría cómodamente  recostada, para recibir el masaje- y la trasladó  al dormitorio; momentáneamente a Malena le asediaron inquietudes, las cuales se desvanecieron , pues tenía conocimiento,  por experiencia propia, que debía estar tranquila, y relajada para recibir los masajes terapéuticos, no encontró malicia alguna, porque durante toda su vida, sabía que se usaban camillas.
  Efectivamente Alfredo, le frotó  el pie izquierdo,  con Cofal, y luego se lo envolvió en una toalla, para conservar el calor… Así permaneció en reposo sobre la cama, alrededor de quince minutos, descansando, con los ojos cerrados. A todo esto, ella familiarizada con Alfredo, como si  desde mucho tiempo atrás lo hubiera conocido, reconocía su voz peculiar, tenía el “no sé qué”  de atracción… recordó las pláticas de sus amigos abogados sobre la re-encarnación… llegando a la conclusión que tal vez en la vida anterior, había conocido y amado a  Alfredo. Estaba con esos pensamientos, cuando  abruptamente sintió  la falda de su vestido levantada, y los labios de Alfredo- el masajista-  recorrían la pierna. Malena, viuda desde hacía cinco años, ya había olvidado las caricias de hombre; el corazón se le abrió… y se le entregó en cuerpo y alma;   ambos se amaron, y se compenetraron: él, hombre  ávido de cariño igual que Malena. Efectivamente ella, encontró su felicidad,  desde ese entonces, se curó definitivamente de las dolencias de su pie izquierdo.
Ahora, se pregunta Malena si su naturaleza incursionaba extrañamente con su enfermedad ,  ó si el destino había influido en la” reencarnación,” de la que tanto habían comentado sus compañero y amigos, y se había encontrado con el verdadero amor de su vida…   Lo cierto, es que solamente de ese modo,  se curó de las dolencias  del pie izquierdo!

NOTAS:
(1)  San Ramón, Colonia ubicada en la Calle del Volcan de San Salvador, jursidcción de Mejicanos, Departamento de San Salvador.
(2)  Esguince es una lesión que consiste en la separación momentánea de las dos partes de una articulación, produciendo la rotura o el desgarramiento de los ligamentos que hay alrededor de ésta.
 (3) Santa Tecla,  ubicado a 900 metros sobre el nivel del mar, brindándole un clima fresco a lo largo del año. Fue fundado tras la destrucción de San Salvador por un terremoto del Silgo XIX, como ubicación alternativa para la ciudad capital. Sin embargo los poderes del estado nunca se trasladaron a Santa Tecla, por lo que esta no funcionó como capital. ciudad y cabecera del Departamento de La Libertad, El Salvador
(4)Centro de Gobierno, lugar situado en San Salvador, con construcciones destinadas  para oficinas  publicas y privadas.
(5) Costa del Sol, ubicada al sureste de San Salvador, Departamento de La Paz, El Salvadr, se encuentran  hoteles y playas extensas del Oceano Pacifico.
(6) Pilsener, bebida nacional de El Salvador, consiste en cerveza.
(7)“Litis”- se le llama asi a los procesos judiciales, donde la intervención de abogados es necesaria.
(8)coctel de conchas,  Alimento Base de Concha, preparada cruda,y  recién sacada, con mucho limón;comida típica apta para niños y adultos.
(8) Isla de Mendez, jurisdicción de la Bahía de Jiquilisco, Departamento de Usulutan, sus habitantes se dedican a la pesca y al turismo.
(9) Colonia Luz, situada cerca de la Teminal de Buses de Occidente, Santa Ana y Sonsonate; de la ciudad de San Salvador, El Salvador.
(10) el Compadre Papá Chico, un abogado penalista de gran prestigio originario  de Ahuachapan, su nombre: Luis Roberto Pineda Padilla,  ya fallecido.
(11) estoraque, es la cascara seca del bálsamo, que sirve de incienso para ahuyentar  los mosquitos y zancudos.