Casandra entrada en sus treinta años, mujer recatada y humilderecordaba las palabras proferidas por su difunta tía Greta, las cuales tenía grabadas en su mente y en su corazón, le retumbaban día y noche en la cabeza:”Te quedas a vestir Santos ó a desvestir borrachos”. Esa situación la mantenía agonizante, y debido a su sotería, y además de ello, no creía en el matrimonio; le agradaba la idea de tener pareja para convivir en (1) unión libre, donde el amor predominaría, sin tener vínculos legales que respetar.
Su destino debía cumplirse, y
tendría que escoger a su compañero de vida; sería alguno que no
estuviera comprometido, ni casado; su búsqueda para encontrar marido se había
vuelto esencial; y por ser supersticiosa, usaba diariamente ese peculiar
perfume cuyo aroma solo en las iglesias se advierte, despidiendo a su paso,
olor a incienso. Ernesto cada vez que la veía, sentía atracción por el aroma,
le recordaba la espiritualidad, elemento del que él carecía, e imaginaba a
Casandra como una cándida alma, a quien
él gustosamente protegería.
Ella, se caracterizaba por ser jovial, hacendosa, experta cocinera, y muy fina y atenta, siempre adivinaba el pensamiento y se adelantaba a los
hechos, además de ser buena moza,
conservaba un elegante y espigado cuerpo, piel marfil, de ojos vivos color café claro; labios de rubí
carnosos e ingenuos , nariz larga y
estrecha como el de una diosa griega, cabellera rubia natural, saludable, animosa, hiperactiva cumpliendo con
el trajin de ir y venir de un lado a otro en sus quehaceres domésticos, se amoldaba a la modernidad. Gustaba lavar
ropa en máquina, y le encantaba ver televisión. Ernesto, admirador de sus
cualidades, se propuso conquistarla; no le fue difícil, ella sin vacilar, aceptó sus atenciones,
incluso estuvo dispuesta a formar un hogar...
Vivieron en un pequeño apartamento, más parecido a un estudio de artista,
cerca del Redondel de la Fuente Luminosa,
donde se encuentra (2) la ex - Embajada de los Estados Unidos, cerca de la
prestigiosa Universidad Nacional de El Salvador. Ahí formaron su nido de amor. Los primeros
días los pasaron de maravilla, todo era amor, pasión, besos y comprensión; cada día se conocían más,
se amoldaban a su nueva relación de pareja; por las noches hacían el amor
incansablemente, usando diferentes técnicas y posturas anatómicas recomendadas por (3) el Kama-Sutra que
hasta para comodidad . Ernesto consiguió
un (4) sofá “Tantra” Increíblemente había cambiado tanto Casandra, que era una
persona irreconocible, Ernesto le había despertado la bestia dormida en su interior convirtiéndola en una
insaciable sexual.
Casandra, Profesora de Párvulos, tenía el turno matutino en el Kinder
Rosa, y se presentaba a laborar puntualmente; él, Abogado y artista, con un trabajo temporal, lo hacía solamente cuando le solicitaban sus
servicios. Practicaba diariamente la oratoria, dedicado a la defensoría penal;
y como (5) hobby Ernesto, gustaba cantar y tocar guitarra; de vez en cuando hacia presentaciones, se hacía acompañar de su amadísima mujer.
Ambos esperaban ansiosos la noche para declararse mutuamente el amor.
Los problemas comenzaron cuando Casandra, llegaba minutos tarde al
apartamento, debido al tráfico excesivo, entonces Ernesto la amenazaba diciéndole
a gritos, que ese año sería el último que trabajaría en el Kinder; que se debía
abstener de maquillarse debido a que era
un evidente coqueteo con el Director del Colegio, además daba lugar a que la confundieran con una de
las trabajadoras del sexo, que su cabello debía peinárselo sencillo, le
indignaba que se hiciera el manicure, que las faldas debía usarlas largas, ya
que era una mujer comprometida; que era intolerable que saliera sola a la calle; siempre tenía él que
acompañarla para hacer las compras en el mercado; y el colmo, es que le debía
entregar el dinero de su sueldo.
Aquel dulce hogar, poco a poco, se convirtió en un infierno. Todos los
días había discusión entre ellos. En ciertas ocasiones, Ernesto intuía haberse
portado ordinario y rudo, y para
disculparse, alzaba a Casandra en brazos
llevándola amorosamente al dormitorio, donde delicadamente la recostaba, la
besaba dulcemente, le buscaba los pechos para acariciarlos, y le cantaba al
oído versos románticos llamando al deseo y a la pasión…
Casandra presentía que esa unión , no iba a durar ni tan siquiera un
año. Ernesto de la noche a la mañana había dado un giro de 360 grados, después
de haber sido tan dulce y cariñoso, se había convertido en ogro. Siendo
una mujer inteligente, analizó el cambio de temperamento de su marido, y
descubrió que él se escapaba al bar contiguo, a tomar licor; regresando sigilosamente
al amanecer. Ella se iba a trabajar a las siete de la mañana, y él se quedaba
durmiendo como (6) un lirón…
La conducta de Ernesto era debido al alcoholismo gradual, que le iba creciendo a pasos agigantados, le brotó,
como lo hacen las raíces (7) de un árbol
de hule. Casandra comprendía que ante esa enfermedad, era impotente, a pesar de
la comprensión que pudiera profesarle, no podía ser “Redentora porque temía salir
crucificada”, llegando a la única solución: una inminente separación.
Por supuesto que temía
comunicarle a Ernesto su decisión: la separación, pero como su miedo se lo
impedía, buscó el consejo experto de la Lic.. Anabel Espino, una renombrada Psicóloga, famosa por haber salvado
matrimonios al borde de la quiebra, y quien el Hermano Chicho Marista, de la Iglesia Catolica de La Merced, la recomendaba. como una excelente
profesional.
El dictamen de la referida psicologa, fue que la vida de Casandra corría
peligro, en un momento de locura de celos, Ernesto podía matarla alegando , que
como (9) el país, había sido señalado por tener más índices de criminalidad, y de violencia en
América Latina, circunstancia que
ocultaría el homicidio de
Casandra; recomendándole como una sabia
profesional con experiencia , que debía
acudir de manera inmediata a
presentar denuncia contra su marido a la
Delegación de la Policía Nacional Civil, y a Organizaciones que Protegen a la
Mujer. Casandra temía por su vida, y
esa tarde, a las seis, presentía que se repetiría la macabra escena y que su vida
peligraría. Se hizo acompañar por
Agentes de Seguridad, los que entrarían en acción si escuchaban las altas voces , los gritos
proferidos por Ernesto; ella, abriría la
puerta para que lo llevaran preso por “violencia intrafamiliar”.
El caso se ventiló en un Juzgado de Paz de San Salvador. Ernesto al
verse detenido y en la audiencia judicial frente a la señora Jueza, como un corderito, clamaba piedad a Casandra,
le pedía perdón…le juraba amor eterno, y que jamás volvería a humillarla, a
maltratarla. La Jueza dictaminó en Audiencia de sentencia, la separación de
ambos convivientes, prohibiéndole a Ernesto que no se acercaras por ninguna
circunstancia a Casandra, ni por ningún motivo
. Ella, optó regresar a vivir con su madre, se separaba rotundamente, de por vida y para
siempre de Ernesto. A raíz de esta amarga e infernal experiencia, Casandra se
decidió dedicar su vida a “vestir Santos”, llegó a
conocer la felicidad debido a que no tuvo
ningún verdugo que la celara.
LLAMADAS
(1)unión libre,-unión de hecho, formar un hogar sin contraer matrimonio
(2)Ex Embajada de los Estados Unidos, sobre la 25 Avenida Norte y 21 Calle Poniente, San Salvador, El
Salvador, ubicada la Fuente Luminosa, y
ahí en ese lugar, se encuentra la escultura Monumento al Mar del español Benjamin Saul.
(3) el Kama-Sutra. Es el libro sexual de la India, más conocido de todos los tiempos.
(4) sofá “Tantra” es un diván
para la práctica de las técnicas
del Tantra, permite a través de una serie de posiciones, ejercicios
y masajes, aplicar la sabiduría tántrica al arte de hacer el amor,
(7) un lirón…roedor parecido al raton que pasa el invierno adormecido;
se le llama también a una persona que duerme mucho.
(8) árbol de hule, árbol del cual se obtiene el hule, es frondoso de
hojas verdes y grandes, con raíces principales sembradas y muchas flotando
encima.
(9)el pais, se refiere a El Salvador, Centro America
Todos los personajes son ficticios, al igual que las historias, si
hubiere alguna semejanza en particular con alguna persona, hecho o lugar, es una
mera coincidencia.