martes, 3 de noviembre de 2009

LA VACACION DE CLOE

Por Mireille Escalante Dimas
Cloé se preparaba para su descanso en el Lago de Coatepeque (1), en
compañía de su hermana menor May y de Oscar, un español montañes de
Santander, cuarentón, a quien ella daba ordenes con una sola mirada, y
él las cumplía a cabalidad. El lago había regresado a su apogeo con la
leyenda de la “descarnada”. Contaban los aldeanos del pueblo, que en
las riberas del lago, a medianoche, en luna llena, se paseaba en
cueros, una extraña figura, casi esquelética, de pelo largo,
recorriendo a todas horas, los alrededores; falleciendo
instantaneamente aquél que no soportaba su fea y estrafalaria imagen.

Cloé, una mujer entrada en sus sesenta años, mayor dos años que May,
expresaba que a pesar de haber recorrido el mundo entero, conocer
lugares bellos, exóticos, - Spas exclusivos y selectos-, ella siempre
añoraba bañarse en las aguas medicinales, azufradas provenientes de
las entrañas del “Ilamatepec”.(2), en el Lago de Coatepeque.

Llegaron al Hotel EL LAGO, (3) donde solicitaron las dos habitaciones
que habían reservado con anterioridad; una para Cloé y May, y la otra,
para Oscar.

Lo primero que destacó Cloé fascinada admirando las aguas celeste-
verdes, cuyo oleaje besaba suavemente la orilla de blanca y fina
arena, fue el recibir la suave brisa acariciando su humanidad, y el
cálido clima que la envolvía sin llegar a sofocarla .

En el Hotel, había una piscina, pasillos decorados con plantas, y un
salón amplio cuyas puertas estaban adornadas de cortinas rojo cereza,
donde se albergaba el restaurante; y afuera un jardín de vistosas
flores que desembocaba en el largo y estrecho muelle artesanal
elaborado por tablas de madera de mangle. Al caer la tarde, y de
manera reverencial los tres, al ponerse el sol, le rendían culto
místico, cuando éste desaparecía en el horizonte, muy atrás de la
cónica arboleda, venerándolo como los antiguos egipcios.

Por la noche, admiraban el cielo despejado, con todas las estrellas
del firmamento, la luna llena con su cara redonda y plateada
iluminando el paraje, distinguiéndose las diferentes constelaciones y
galaxias.

El lugar escogido y preferido por las hermanas, Cloé y May, para
charlar incasablemente, era el muelle, al aire libre, donde las
palabras se iban con el viento, al son del oleaje rompiéndose
constantemente en medio del silencio; el tema favorito escogido, era
sobre los diferentes maridos que ellas, habían conocido en el
transcurso de sus vidas, hablaban de sus experiencias maritales;. May
recordaba nostálgica a Napoleón, su último marido, quien tristemente
falleció en un día de la fiesta de agosto (4) en 1955, murió debido a
un disparo, aún sin averiguar si fue suicidio, ó si fue asesinato;
Cloé , suspirando, expresaba que su primer marido, Ricky, siempre la
había apoyado incondicionalmente; absteniéndose luego de continuar sus
comentarios por respeto a Oscar, cuando éste se acercaba, ya que él
las atendía, sirviéndoles copas de champán rosado francés, vino
tinto, y variedad de tapas para picar.



Así permanecían hasta el inicio de la madrugada; retirándose
posteriormente a sus dormitorios; May, padecía de insomnio pero al
recostarse en la cama se hacía la dormida; Cloé, creía que había
conciliado el sueño, y con sumo cuidado salía sigilosa de la
habitación, en busca de Oscar. May, analizaba que por su edad
avanzada, Cloé caí en ridículo apeteciendo marido; sin embargo
llegaba a la conclusión lógica que quizá por Oscar ella se mantenía
activa sexualmente.

Después de transcurrido un tiempo prudencial en que Cloé se hubiera
escabullido del dormitorio, May iba en su busca. Instintivamente se
dirigió al muelle, donde al final de éste la encontró, con Oscar,
ambos completamente desnudos. May presenció una escena romántica, de
amor; distinguía la silueta de Oscar bajando al centro del placer, al
pozo escondido e íntimo de Cloé, mientras ella se movía
cadenciosamente, con sus piernas entre abiertas.

May, comprensiva y con un alto nivel de cultura, regresaba al
dormitorio, a conciliar el sueño pensando en la dicha de su hermana, a
la vez cuestionándose - ya que jamás
comprendió - los motivos de Cloe para esconder socialmente a Oscar
como su marido su compañero de vida, quien además le hacía amena la
vida brindándole momentos de gozo y alegría; May se contestaba que
tal vez era por la brecha de generaciones que existía entre ellos, o
para dar la imagen de ser una viuda decente y fiel, que le guardaba
respeto a la memoria de su último difunto marido, ó sería porque Oscar
carecía de un bajo nivel de cultura, pero sí sabía a ciencia cierta,
por lógica, que era un “burro” brindándole placer.

Al día siguiente, Cloé se levantaba a mediodía, cantando como un
jilguero, vistiendo coquetamente una batita casi transparente,
luciendo orgullosa su enmarañado triangulo. May, solamente observaba
como una mujer tradicional, a la usanza antigua, ella carecía de
trajes transparentes.

Al caer la noche, y con los destellos de los rayos de la luna
alumbrando, Cloé desaparecía largo tiempo del dormitorio y. May salía
a buscarla. En esta ocasión, la encontró tirada en el piso de tablas
del muelle, con la batita arriba hasta la cintura, y sobre ella,
Oscar, quien se movía ondulante y cadencioso. A pesar de la oscuridad
y de estar retirada, distinguió que él la tenía robusta e inmensa.
Entonces, comprendió la magia del amor que le profesaba Cloé,

Las siguientes noches fueron para May de insomnio, mientras que para
Cloé estupendas y de gozo..

A May le surgía la incógnita sobre la fogosidad de su hermana
sesentona, porque ella, que no llegaba aún a los sesenta, no se sentía
atraída para hacer el amor; reconocía que en su juventud había
disfrutado incansablemente, pero ahora estaba aplacada.

La semana transcurrió en el Lago de Coatepeque como una efímera luna
de miel para Cloé, en cambio fueron unos largos, cansados y tortuosos
días, para May.





LLAMADAS:

(1) Lago de Coatepeque, considerado como un hermoso lago, situado en
las cercanías de la población de Coatepeque, Departamento de Santa
Ana, El Salvador. Su formación es un cráter de un volcan extinto, con
conexión subterránea al Volcán de Santa Ana, el cual se mantiene en
actividad, sus aguas son consideradas medicinales debido al azufre.

(2)“Ilamatepec”., el nombre indígena con el que se conoce el Volcán de
Santa Ana.

(3) Hotel EL LAGO, hotel inaugurado en el Lago de Coatepeque durante
los años sesenta, catalogado como 5 estrellas.

(4)la fiesta de agosto, celebración nacional que conmemora al
Patrono de El Salvador, llamado DIVINO SALVADOR DEL MUNDO, el día 5 de
agosto, en San Salvador, El Salvador.

Todos los personajes son ficticios, al igual que las historias, si
hubiere alguna semejanza en particular con alguna persona, hecho o
lugar, es una mera coincidencia.

PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIALMENTE.

SOBRE LA AUTORA:
MIREILLE ESCALANTE DIMAS, Salvadoreña, desarrolla literatura del
género literario “Romántico erótico”.

Ha escrito la obra: “MI TIA CONSUELO DE SAINT EXUPERY: LA SACERDOTISA
DE LA DIASPORA SALVADOREÑA, que oportunamente se publicará.