domingo, 15 de diciembre de 2013

EL PASEO por Dra. Mireille Escalante Dimas


En la población de Armenia – ahora “ciudad”, vive Eric, bien parecido, alto y fornido para su edad, hijo de la Niña Tina, la enfermera del pueblo, madre soltera; ellos son vecinos de Don Ramses, viudo, es el escribiente de la Haciendita, y padre de Cora, muy frondosa, con pechos nacientes como pequeños volcanes, y caderas redondas; ambos,  púberes de catorce años, juguetones, sonrientes, radiantes, y aún inocentes - a pesar de la televisión que transmite programas de escenas pornográficas, y de la  libido natural, escondida bajo su inquieto ímpetu juvenil- se encontraron una tarde, paseando frente al kiosco del Parque de Armenia, donde se dieron cita para el siguiente lunes a las nueve de la mañana, ya que estaban de vacaciones las escuelas, era el mes de diciembre, y aprovecharían el inicio de las  (1) cortas de café, temporada en que Don Ramses estaría ocupadísimo. (2) El “rendez vous” era justo para dirigirse al (3) río Agua Caliente. Efectivamente ese lunes, al nomás amanecer Cora le pidió permiso a Don Ramsés para ir a adonde la costurera, deseaba estrenar el Año Nuevo, pero con su segunda intención  llevaba puesto su traje de baño bajo su vestido.
Por su parte Eric, solamente le dijo a la Niña Tina, que ya regresaría, que iba a verse con sus amigos… Al reunirse los jóvenes en el Parque, ellos solos, se encaminaron a la salida del pueblo, atravesando calles asfaltadas algunas, y otras empedradas, iban con dirección hacia el río… Al estar frente a él,  lo contemplaron desde la sombra de árboles frondosos;  vieron como si un listón largo cristalino corría frente a ellos, se escuchaba deslizarse suavemente sus aguas que se dirigían en un solo sentido, rumbo este, abajo;  se desvistieron, colocando bien doblada la ropita en un troncón;  ella,   en calzoneta fusia y él, en su impecable bóxer blanco, se lanzaron hacia las tranquilas pero frías aguas, salpicándose de gotitas de agua helada, mientras reían escandalosamente.          
Al calmarse los ánimos, buscaron dentro del cauce del río,  una poza para nadar y saborear de esa agua limpia, pura y fresca. Cansados de tanto nadar, decidieron buscar cangrejos en el río,  debajo de las piedras, y como no tenían recipientes para guardar a los pequeños crustáceos  capturados,  los colocaron en los calcetines de Eric. Recorrieron río arriba y río abajo, escudriñando rocas y piedras; consiguieron atrapar muchos cangrejitos, los que por medio de un hoyo del calcetín, fueron saliendo uno a uno. A todo esto, iban volando las horas. Y se llegaron las dos de la tarde.
En la casa de Cora, lo que nunca había sucedido, Don Ramsés, llegó para almorzar, y cuando dieron las doce, y ella no llegaba, él se comenzó a incomodar, pues había conocido de muchos casos, que las jóvenes salían a la tienda, y éstas desaparecían, su angustia se tornó enorme al ver que eran las dos de la tarde, y Cora no estaba. El tenía que volver a la Haciendita para recibir la entrega de los cortadores de café.
Los jóvenes regresaron a la población, y cada quien a sus casas justo a las 2:30 pm.                                 Don Ramses sintió una inmensa alegría ver llegar a su hija Cora a casa, sana y salva.
 Eric no tuvo problema al explicar sobre su desaparición.                                                                           En cambio, Cora sí, ya que Don Ramses –quien jamás almorzaba en casa- esa tarde estuvo esperándola desde el mediodía, a pesar de estar hecho un manojo de nervios, la recibió con alegría, y con diplomacia la interrogaba. Le expuso los peligros a los que hoy en día se exponen los jóvenes andando solos ahí, por el pueblo; que este tiempo no es como el de su época de cuándo él fue  joven, que no habían crímenes, no se conocían violaciones, mucho menos secuestros… Hoy en día, El Salvador ha sido señalado como uno de los países con más índices de violencia, donde no hay seguridad ni respeto para los muchachos; le explicó que no volviera a desparecerse  porque estaría indefensa. Cora se mantuvo tranquila, no le demostró culpa de haber tenido una conducta inmoral,  ni le mostró miedo, le supo ganar la voluntad; además ella inocentemente se había ido de paseo con Eric.  Cora percibió que ese paseo fue un riesgo, un peligro,  pues hoy en día, solo por el placer de asesinar, pudieron haber sido muertos.
Don Ramsés y Cora, rezaron y se sentaron a comer tranquilamente; luego Don Ramsés se regresó a su trabajo, y Cora se quedó regando el jardín de la casa, pero ella comprendió que el escaparse estuvo mal, y ofreció a su padre no volver a desaparecer abruptamente..

LLAMADAS:   
(1)   cortas de café .  al iniciar Diciembre,
(2)    El “rendez vous” termino francés para expresar encuentro.                                                                   
(3)   Río Agua Caliente se   forma   de la confluencia del     río Azacualpa o El Pito y de las quebradas Barranca Victoria y El Muerto a 1.5 kilómetros al noroeste de la ciudad de Armenia. Corre con rumbo de oeste a este. Finaliza su recorrido en el punto conocido como canal río Copapayo. La longitud de su recorrido dentro del municipio es de 7.0 kilómetros;


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